Los Corchos en la botella de Vino

Más allá del alcornoque: Ventajas y desventajas del corcho tradicional, y opciones alternativas

Tapones de aluminio a rosca, sintéticos y hasta de vidrio, son las nuevas alternativas al tradicional corcho natural. Ventajas y desventajas, a la hora de cerrar una botella de vino.

Hay vida más allá del alcornoque y es una gran noticia que merece ser contada. Créame. No es verso ni piripipí. Jamás le mentiría en esta noble columna mensual.

Vamos a enterrar un mito histórico: “todo vino debe tener el clásico tapón de corcho natural para gozar de buena salud”. No es correcta la afirmación. Demasiado tajante en épocas de exceso de información.

Si bien el consumidor argentino es tradicional y ama a ultranza este cierre, existen otras opciones muy válidas (y hasta mejores), pensadas para potenciar etiquetas con diferentes características.

Ya sé. Usted que está del otro lado de la pantalla, me mirará de reojo y pensará que si no luce corcho auténtico en su presentación, un vino no es rico. Hágame caso. Tómese un puñado de minutos, deténgase atentamente en las próximas líneas y anímese a abrir botellas que no atesoren la tapa convencional.

Ideales para la guarda

El corcho natural se obtiene del árbol alcornoque (Quercus Suber), especie muy extendida en zonas cálidas de España y Portugal, cuya corteza se extrae entre 9 y 14 años, aproximadamente, en forma manual y en una única pieza cilíndrica.

Sus principales ventajas son la flexibilidad e impermeabilidad. El “verdadero corcho” sobresale por su ligereza, elasticidad, porosidad, resistencia y compresibilidad.

Asimismo, facilita la óptima conservación y evolución del vino dentro de la botella. No solo influye en la vinificación, sino que también aporta aromas propios, textura y color al líquido báquico.

Que quede bien claro: no existe ningún otro producto natural ni sintético con estas distinguidas cualidades. Por supuesto, hay desventajas, pues nada es perfecto en la vida.

Desventajas del Corcho

El problema que aporta este cierre es conocido como “Enfermedad del Corcho”, provocada por el compuesto TCA (Tricloroanisol). Es un defecto que, una vez que se impregna en el vino, lamentablemente no se puede eliminar.

Indeseado fenómeno que afecta al 4% de las botellas, a nivel mundial, es consecuencia de la presencia de mohos en los corchos y de la aparición de gustos y olores desagradables en los vinos.

Por último, el tapón de alcornoque requiere de muchos cuidados para evitar que factores externos puedan modificarlo. ¿Cuáles son? Excesos de sequedad en el ambiente; Posible ataque de bacterias; Cambios de temperaturas y una incorrecta guarda de la botella (que permanezca en pie, en vez de la aconsejada posición horizontal).

Opción económica y saludable

Una alternativa práctica al tapón natural es el corcho sintético. Elaborado por extrusión o moldeado, es mucho más barato. Su principal virtud es garantizar que el producto no se vea afectado por el complejo hongo tricloroanisol.

Otro de los puntos a favor, se da en el diseño. Se pueden utilizar variopintos colores llamativos, que van del naranja al azul y del verde al amarillo (¡Hay hasta de color negro!).

A la hora de los inconvenientes, proporciona un sello menos eficaz contra el oxígeno, ya que con el tiempo cederá. Por lo tanto, no es apto para vinos de almacenamiento a largo plazo. Por otra parte, causa olores químicos y en su producción genera una cantidad considerable de dióxido de carbono.

Enroscado

Quizás, la tapa a rosca (screw cap) sea la que más prejuicios forja en los consumidores de antaño. Sin embargo, es fundamental perderle el miedo y entender que es un cierre moderno, práctico y de fácil apertura. ¡Es cuestión de estar predispuestos al cambio!

Es ideal para varietales jóvenes blancos, rosados y tintos que no evolucionarán con el paso del tiempo. Este tapón de aluminio tiene distintos tipos de revestimientos y permite diferentes niveles de transferencia de oxígeno, preservando especialmente los aromas frutales de los vinos.

En cuanto a las menguas, no propicia la maduración del líquido en la botella y desaparece el ritual del descorche, que tanto emociona a los paladares sibaritas locales.

Máxima topetitud

La última novedad en materia de cierres de botellas es el tapón de vidrio. Con un diseño súper elegante y refinado, la ventaja esencial es que se muestra absolutamente neutral al sabor. Además, es reciclable.

Estamos en presencia de un producto totalmente limpio, que no afecta color, aromas ni sabores, ofreciendo una baja permeabilidad. También mantiene frutosidad y estabilidad, dos características organolépticas esenciales.

Su “Lado B” es el desconocimiento de sus resultados en vinos que envejecen en botella. Aún no se sabe, a ciencia cierta, si favorecen (o no) su evolución a través del tiempo.

Bonus tack

Mal llamado “Tetra de Lujo” por sus detractores, ha ganado terreno –y con justicia- el Bag in Box. En caja de cartón de tres litros, el vino viene con cierre al vacío y, una vez abierto, se puede conservar en condiciones óptimas durante seis semanas. Vale la pena experimentarlo.

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