Si has ido a una cata de vinos, a un wine bar o a un restorant alta gama, tal vez hayas notado que existe un protocolo para el servicio del vino, que no es así nomas. Incluso uno se puede sentir intimidado con tantas reglas. Entonces la pregunta que nos surge es: ¿es necesario todo eso para disfrutar de una copa de vino, es solo por pura elegancia y misticismo? Si se hace en un restorant, ¿por qué nunca lo hago en casa? Bueno, lo cierto es que hay ciertos accionares que tienen razones técnicas y comerciales, y de eso se trata esta nota.
1. Etiqueta a 45 °
Cuando salís de casa a tomar una copa de vino seguramente te vas a encontrar que el mozo/a del lugar seguirá un par de pasos o etapas al descorchar el vino. Luego de la elección, al traerlo, seguramente te lo ofrecerán con la etiqueta de frente y a 45° para que lo veas. Aunque parece una obviedad, lo que el mozo/a está haciendo es evitar confusiones y futuros dolores de cabeza tanto para nosotros como para el local. Puede resultar que uno pidió un vino varietal y nos traigan la misma marca pero reserva, o incluso al revés. Bueno, para evitar esas situaciones es que se hace un último chequeo antes de descorchar. Más vale prevenir que curar.
2. El corte de la cápsula
Luego viene un nuevo paso en el protocolo. Cortarán la parte superior de la cápsula. También seguramente te has preguntado: Si la cápsula sirve para tapar el corcho, y el corcho en ese momento va a ser retirado, porqué directamente no sacar la cápsula. Bueno, es una cuestión estética, ya que sacar la cápsula a los tirones (algunas están muy ajustadas) es menos elegante que cortarla, siempre y cuando queda bien al realizar el procedimiento. Pero lo cierto que no hay ninguna razón técnica para cortar la cápsula en vez de sacarla. Al planteo anterior se le puede agregar que hay algunas que son de colores llamativos y combinan con la etiqueta, lo cual justificaría dejarla.
3. El análisis del corcho
Seguidamente viene, tal vez el paso más extraño de todos , que consiste en sacar el corcho y dejarlo en un plato o servilleta, o incluso se nos ofrece para que lo miremos. Esta es la parte donde no se sabe si es un adorno o un recuerdo. Pero bueno, tiene una razón técnica: lo que está haciendo el mozo es mostrándote que el corcho no tienen filtraciones, es decir, que no está manchado en los laterales, solo en la base. Si las llegase a tener significa que el vino estaba mal tapado por lo cual puede estar picado u oxidado. Incluso botellas de mucho añejamiento tienen la inscripción del año en el corcho para evitar fraudes.
4. ¿Aceptación o rechazo?
Recién ahí viene el momento del servicio en si. Este es el GRAN momento de aceptar o rechazar el vino. Pero ¿cuál es el criterio? ¿Lo puedo rechazar porque no me gustó? No, en realidad solo se puede declinar si el vino está picado, oxidado, reducido, quebrado, con “corcho”. Si el vino está muy “cerrado” podés pedir un decanter, y si después de una aireada el olor no se va, podes solicitar el cambio también. Pero para resumir solo podrías rechazar el vino con algún defecto de elaboración o conservación. Pero si el vino está “sano”, pero no es de tu preferencia no se puede trocar., solo se puede anotar en la libreta mental del “no volver a pedir”.
La pregunta final es: ¿cada vez que descorchamos una botella en casa hacemos el mismo protocolo?
Seguramente en nuestro hogar seamos más prácticos y menos elegantes, pero en definitiva cuando “salimos” buscamos una experiencia diferenciadora o poco cotidiana, y la elegancia en el servicio del vino cumple con ese objetivo.