Malbec, Cabernet Sauvignon y Merlot. Tres grandes cepajes. Tres estrellas de nuestra viticultura que nos representan de maravillas en todo el planeta vínico. Uno es sinónimo de fineza. Otro, de carácter y personalidad. Y el tercero nos regala en boca una elegancia delicada y sutil.
Para conocerlos mejor, descubriremos en qué se diferencian estas nobles uvas, que encontraron en nuestros diferentes terruños características específicas. Una guía imprescindible para los wine lovers que quieren seguir indagando en las descripciones organolépticas de los vinos.
Merlot
Es el protagonista principal de vinos trascendentales en la historia vinícola mundial (Château Petrus como abanderado), en las regiones francesas de Saint-Émilion y Pomerol. Sin embargo, más allá de aquellos prestigiosos terruños, numerosos ejemplares presentan características exquisitas, de gran elegancia y cualidades envidiables.
De origen francés, da vinos sofisticados, con taninos suaves, cuerpo moderado y una elegancia notable en el paladar. En general, lo asociamos con notas a frutos rojos como la frutilla y la frambuesa, combinadas con aromas a pimientos.
El Merlot se entiende bien con las barricas de roble, que le aportan untuosidad y aromas de chocolate y café. Es decir la crianza le da mayor complejidad a esta cepa que ha sabido conquistar sibaritas en todas las latitudes.
A la hora del maridaje, acompaña de manera muy amalgamada carnes blancas de textura media como las del pollo, pavo y cerdo. También combina con pescados con cierto tenor graso (salmón, trucha) y va de la mano con carnes rojas y pastas rellenas con salsas delicadas.
Un dato pintoresco es que su color tiene el origen en un ave con el nombre «Mirlo», que sobrevolaba la región de Burdeos, en Francia, y a través de su comparación por sus plumas bien negras y los racimos de esta uva se estableció el nombre de Merlot.
Cabernet Sauvignon
Es la reina de las uvas tintas. De origen bordelés, en general, da vinos robustos, corpulentos y muy intensos. De todos modos, la enología moderna los ha “domado”, en un estilo más ligero y tomable para aquellos paladares que, a priori, ven una botella de esta cepa y ya piensan que es “durísima” para beber.
Lo cierto es que tiene mucha personalidad, a veces puede ser algo astringente y atesora entre sus características organolépticas una marcada nota a pimiento verde. Si la uva madura bien, obtendremos un Cabernet ideal para una guarda prolongada.
Complejidad, taninos presentes y otras tantas notas a frutos negros (arándanos y moras), en sintonía con la barrica, completan su radiografía principal. La madera, por cierto, aporta notas de vainilla, café, tabaco, coco y chocolate.
Su aspereza, rusticidad y corpulencia lo hacen ideal para acompañar carnes vacunas, logrando suavizar su textura fibrosa y haciéndola más fácil de digerir.
Aquí, maridaremos con carnes de caza (jabalí, ciervo, conejo), carnes a la parrilla con salsas picantes, pastas rellenas con salsas cremosas y quesos duros.
Malbec
De origen francés (sudoeste), ha sido adoptada por la vitivinicultura argentina. Ha logrado importantes premios internacionales y un sinfín de expertos afirman que posee mayor calidad en esta región que en la originaria.
Dato histórico: En 1853, la uva fue llevada a la Argentina por el Ingeniero Michel Aime Pouget, mezclada por las denominadas uvas francesas por pedido del entonces presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento.
Versátil y amable, sus vinos son, en términos generales, de cuerpo medio con taninos dulces y amables, entre notas de frutos rojos, florales y especiadas. Su aroma recuerda a frutas como la ciruela, el cassis, guindas, frutillas y violetas. Con la crianza aporta notas de cuero, vainilla y chocolate.
A la hora del maridaje, el Malbec armoniza de maravillas con carnes rojas y de caza (Ciervo y jabalí), pastas variopintas con salsas rojas, carnes blancas y hasta pescados grasos. Su tomabilidad y delicadeza en el retrogusto hacen de este cepaje nuestra bandera, el emblema que nos representa con orgullo en todo el mundo.
¿Qué vino es más suave, el Malbec o el Cabernet Sauvignon?
El debate sobre qué vino es más suave, el Malbec o el Cabernet Sauvignon, es común entre los amantes del vino. El Malbec es conocido por su sabor suave y afrutado, con notas de ciruela, mora y un toque de especias. Generalmente, es menos tánico que el Cabernet Sauvignon, lo que contribuye a su suavidad. En comparación, el Cabernet Sauvignon tiende a ser más robusto y estructurado, con sabores de grosella negra, cedro y un mayor contenido de taninos, lo que le da una sensación en boca más astringente.
Para quienes prefieren un vino más suave, el Malbec suele ser la elección recomendada. Es ideal para acompañar comidas menos intensas, como pollo, cerdo y quesos suaves. El Cabernet Sauvignon, con su mayor cuerpo y estructura, se empareja mejor con carnes rojas y platos más pesados.