El 2024 avanza a paso firmes y el calendario nos marca que es inminente la llegada de mayo. Quinto mes del año, es siempre trascendental para la Historia de la Argentina.
El 25 recuerda el Primer Gobierno Patrio de 1810 y todo lo que ello trajo consigo en los años venideros. A partir de allí, las incipientes Provincias Unidas, con dimes y diretes entre Buenos Aires y el Interior, tendrían su momento cúlmine en 1816, con la Declaración de la Independencia en Tucumán.
Entre hojas de árboles que caen sutilmente, días grisáceos y lluviosos, nos adentramos en un profundo otoño, preludio del invierno en estos pagos. Las casas, testigos principales de esta geografía tan especial, engalanan sus frentes con colores celeste y blanco, con banderas bien izadas, en pos de la anhelada unión y paz nacional.
Mayo y, específicamente, el 25, además de rememorar la jornada histórica, nos lleva a pensar en comidas típicas, tradicionales, bien nuestras. Como si volviésemos a estudiar en la escuela, los albores del complejo Siglo XIX, nos traslada imaginariamente a costumbres gastronómicas en las que el locro, los guisos, las carbonaras y los tamales se hacían sentir con fuerza en cada mesa.
A modo de revival, hoy el locro es un must en cada rincón del país. ¿El maridaje ideal? Una enjundiosa copa de Borderío Injusto Malbec. Para este plato corpulento, intenso, con carácter, personalidad y mucho sabor, nada mejor que nuestro varietal insignia, que representa con orgullo en todo el mundo.
Otro clásico de clásicos para las Fiestas Patrias es el guiso de lentejas. Típico de estas latitudes, definitivamente, es parte de nuestro ADN. Un suculento guiso, con arroz, panceta, chorizo colorado y algún otro condimento especiado, se entiende de maravillas con blends del estilo Borderío Injusto Malbec & Cabernet Franc o Merlot & Malbec. Una dupla tan letal como infalible.
En las Fiestas Patrias también copan la parada las entrañables y queridísimas empanadas. A tono con la época, las “criollas”, con carne cortada a cuchillo, huevo, aceitunas y, en algunos casos papas y diferentes especias, pican en punta. Aquí, podemos hacer un maridaje por contraste con un refrescante Borderío Injusto Chardonnay. Ejemplar moderno, ágil y con acidez envolvente para apaciguar el picor de las tradicionales empanadas.
Por supuesto, también están los paladares que no negocian nunca un tradicional asado. Tiempo inmejorable para reunirse en familiar, encender el fuego y estar al pie de la parrilla, contemplando las carnes a las brasas. Gran opción enogastronómica: Borderío Injusto Merlot & Syrah.
Los vinos anteriormente mencionados, versátiles y con marcada tipicidad varietal, ensamblan con la carbonada, plato representativo de la cocina criolla argentina, que se prepara en casi todos los países latinoamericanos. Es un guiso servido dentro de un zapallo, colorido, intenso y con mucho sabor. Un vino a la altura de las circunstancias será ideal para el brindis blanquiceleste.
Grandes combinaciones patrias
Otra gran combinación Patria se da entre quesos, embutidos, panes y el inigualable toque de aceite de oliva, nos hace pensar en un rico Borderío Injusto Merlot, versátil, delicado y con su clásica fineza para acompañar esta auténtica pasión nacional.
Un clásico eterno, que jamás pasará de moda, es el pastel de papas. ¡Levante la mano aquel que no le gusta! Es un elixir, con reminiscencias de nuestra infancia. Nuestras madres nos han emocionado con este tradicional plato, que se lleva de maravillas con un BordeRío Injusto Malbec (Edición Limitada).
A la hora del postre, nos imaginamos los clásicos pastelitos de batata o membrillo. Imaginamos, además, una pastafrola o el típico flan mixto. Preparaciones dulce bien nacionales, que simbolizan la impronta del 25 de mayo. Cerramos con BordeRío Mimosa Rosado o el refrescante BordeRío Espumante Extra Brut. Así, brindamos por un fin de fiesta a toda orquesta para conmemorar aquella gran gesta patriótica de mayo, que empezó a darle forma a la anhelada independencia. ¡Felicidades, Argentina!