¿Cómo hacer los mejores maridajes de verano?

Estamos en verano y a la hora de pensar en comida pensamos en platos livianos. Pescados, mariscos, carnes magras, picadas, finger foods y hasta tapeos informales copan la movida estival. Por supuesto, es inevitable pensar en el maridaje ideal. Al borde de la pileta, con los pies en el pasto o con traje de baño, un buen plato veraniego merece una copa atinada al lado.

El verano y las temperaturas que suelen superar los 30 grados nos piden exponentes blancos, rosados y tintos ligeros, sin paso por barricas. Buscamos etiquetas jóvenes, frescas, frutas y fáciles de beber. Además, es época de espumosos bien refrescantes, devenidas en opciones óptimas para los paladares sibaritas de estos tiempos.

Vinos poco alcohólicos, “peligrosamente” fáciles de beber, con acidez envolvente son, sin duda, las propuestas más atinadas para las elaboraciones típicas de la época estival. A continuación, proponemos nuestras recomendaciones enogastronómicas infalibles para un auténtico deleite sensorial.

Ensalada rusa

Clásico de clásicos, un must en la temporada estival. Fiel compañera de asados y encuentros memorables, es simple y fácil de hacer. Solo lleva tres ingredientes, nobles y archiconocidos por los paladares locales: papas, zanahorias y arvejas con mayonesa. Estos ingredientes hacen que sea ideal acompañarla con un Chardonnay fresco y moderno. Por supuesto, el siempre versátil y comodín rosado es una alternativa más que válida.

Rabas

Cuando salimos a comer afuera en tiempos de vacaciones veraniegas, es inevitable pensar en ellas. Simbolizan la típica foto que mandamos a nuestros amigos a la vera del mar. Deliciosas, tiernas y con un chorrito de limón, van de maravillas con un fresquísimo Sauvignon Blanc o el clásico Torrontés sin paso por barricas. Necesitamos vinos ágiles, ligeros, con acidez refrescante para potenciar el fantástico sabor de los calamares fritos.

Ensalada de mariscos

El término verano en sí mismo nos lleva, inevitablemente, a disfrutar el sabor de los frutos de mar. Esta histórica preparación emblemática de los restaurantes de playa es delicada y llena de sabores auténticos. Si cerramos los ojos, nos imaginamos un bello atardecer con las olas como fantástico telón de fondo y un sutil vino blanco, seco, a base de Chardonnay, Viognier, Riesling o Tocai.

Ceviche

Dejó de ser tendencia para ser una realidad irrefutable. Esta tradición peruana ha sido adoptada por los paladares locales con efusividad y entusiasmo. Fresquísimo plato (deme dos, por favor), sus notas cítricas se entienden de maravillas con un joven y expresivo Sauvignon Blanc. Van siempre de la mano. Combinación eterna.

Huevos revueltos

Inevitable en cada mañana veraniega. “Sale o sale”, es la frase que invita a dar una cucharada de este plato que tiene un sinfín de variaciones e ingredientes. Su delicado tenor graso y proteico nos hace pensar en una copa de rosé ligero o un tinto fácil de beber (Pinot Noir, Merlot o Malbec pican en punta).

Brochettes de pollo

Ricas, simples y fáciles de preparar. Al horno o a la parrilla, estos pinchos son practiquísimos y súper útiles para cualquier reunión de verano. Rosados o tintos ligeros (Merlot, el favorito) son compañeros leales del pollo, que siempre nos brinda una enorme versatilidad.

Tarta de atún

Otro de los platos más tradicionales de la movida del verano. En cualquier casa o restaurante que invite a poner los pies sobre la arena, es una alternativa que cautiva por combinar frescura con tenor graso. Es simple, pero contundente a la vez. Aquí, un rosado de volumen medio (un tono asalmonado más pronunciado que los Estilo Provence) será el partener ideal. Un tinto ligero, con buena acidez y baja carga tánica, otro gran acierto.

Salmón a la parrilla

Cae la tarde veraniega, el sol se esconde y el ritual de la parrilla empieza a tomar forma. Las brasas se empiezan a poner rojas y dan ganas de “tirar un pescadito”. El rey de los pescados es el más codiciado, aunque también el pacú y la trucha se suman a los asados de mar. Aquí, debemos acompañar con una Chardonnay criado o fermentado en barricas o un elegante Pinot Noir. Son opciones atinadas y refinadas.

Melón con jamón

Es sinónimo de verano en la Argentina. Herencia de generación en generación, es plato “obligado” en cada mesa vernácula. De maridaje complicado, nos inclinaremos, otra vez, por un rosado de tonalidades ligeras y “peligrosamente” fácil de beber.

Helado

Calor, sol y un rico heladito es “la” postal estival. Difícil y complejo a la hora del maridaje, recomendamos acompañar tu pote con una o dos bochitas, en tádem con un dulce natural o cosecha tardía blanco en su versión tranquila o espumosa. Sí, las burbujas dulces combinan a la perfección con los helados.

He aquí algunas de las infinitas opciones a la carta que nos ofrece la temporada de verano. Cada plato, cada elaboración encuentra su exponente vínico como compañero de ruta. Por supuesto, como siempre recalcamos, con moderación. Porque solo en su justa medida y equilibrio ser pueden disfrutar los placeres báquicos y gastronómicos. ¡Feliz verano 2021!

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