Conservar y presentar un vino a la temperatura ideal es todo un desafío. Te damos algunas ideas para refrescar vinos de diferentes maneras.
Siempre el método ideal de enfriar y conservar un vino a temperatura ideal será el más tradicional de todos los tiempos: poner el vino en un lugar fresco, oscuro y seco durante todo el año. La primera opción para esto es tener una cava natural (solo posible en casa con sótano) o una eléctrica, creada especialmente para emular la cava natural en un departamento. Si no se cuenta con alguna de estas opciones, un espacio debajo de una escalera o un rincón poco poblado en un placard o ropero pueden ser buenas alternativas.
Si se trata de un vino blanco, por supuesto que hemos de refrescarlo en la heladera. ¡Pero cuidado! No vale dejarlos estacionados allí durante largos períodos, ya que la humedad y algunos olores de otros alimentos conservados en la heladera podrían contaminar al vino (recordemos que los corchos no son del todo impermeables). Menos que menos se vale sacar y poner el vino de la heladera, ya que los cambios de temperatura lo afectarán también.
¿Qué pasa si queremos beber un vino y no está fresco?
Hay varias opciones menos ortodoxas para poder enfriar un vino en botella o copa, unas soluciones de emergencia para poder beberlo dignamente. Una de ellas es la más conocida: la frapera. Pero ésta tiene sus secretos al momento de utilizarla: primero, no se pone solamente hielo. La frapera bien armada tiene en su interior hielo y suficiente agua como para cubrirlos (y cubrir lo más que se pueda de la botella, claro). Si solo tiene hielo demorará más en enfriar al vino.
Otra opción para acelerar este proceso de enfriado es incluir en el combo de hielo + agua + dos puñados de sal gruesa. Por un fenómeno de la física la botella se enfriará más rápido: la sal necesitará calor para disolverse en el agua y absorberá calor del único lugar que lo tiene disponible, de la botella.
Luego se puede también controlar el resultado final midiendo la cantidad de hielo que usamos para obtener la temperatura que se desea. No abusemos de esta manera de enfriar una botella de vino, ya que en el proceso es muy factible que ésta pierda la etiqueta.
Enfriando de manera directa
Los puristas del consumo del vino dirán que estas maneras de enfriarlo no son válidas. Pero hoy en día, sobre todo con el concepto de que el vino se debe tomar como a uno más le gusta, está permitida la utilización de elementos enfriadores dentro de la copa o botella.
Con solo colocar uno o dos cubos de hielo dentro de la copa de vino lograremos enfriarlo rápidamente, aunque al derretirse el hielo se incorpore agua al mismo. Si queremos evitar que el vino se mezcle con agua podremos tener otras opciones:
Cubos de plástico: Si, suena muy improvisado, pero puede funcionar de manera rápida sin que se derritan en la bebida. Ay que tener la precaución de que estos cubos estén hechos de buen plástico sin aromas ni sabores que se transfieran al vino. Para quienes no escatiman en gastos, existen cubos de acero inoxidable o de piedra, elementos más nobles que aseguran que no van a transferir olores indeseables al vino.
Granos de uva congelados: Si, sabemos que no son invento reciente y que en pueblos de Italia se usan normalmente como enfriadores naturales. Tomar granos de uva, lavarlos bien y congelarlos para luego usarlos como hielos hará que se perciba más natural que un elemento extraño.
Hacer cubos de hielo de vino: personalmente no lo recomiendo, ya que no solo no será seguramente el mismo vino que estamos bebiendo, sino que en el proceso el vino en las cubeteras se deteriora por la oxidación y por las bajas temperaturas.
Frio extra en la botella:
El tapón barrita refrigerante: ¿Conocés el Corkcicle? Es un tapón para enfriar botellas de vino que posee una barra de material que se congela y se introduce como estalactita dentro de la botella. Una muy buena opción y rápida, que conviene tener en casa.
Otra opción es la funda de gel que abraza y rodea la botella, que tenemos que tener la precaución de conservarla en el freezer, lista para ser usada. Además de servir para poder ajustar la temperatura del vino, nos ayuda a mantener la temperatura del vino en la mesa (en vez de usar frapera).
Volvemos a la heladera, pero con un plus. Una solución para sacar el máximo provecho de la heladera y enfriar más rápido una botella de vino es envolverla con un trapo fino o papel de cocina que habremos humedecido con agua previamente. Colocar todo en el congelador y esperar (seguramente demorará la mitad del tiempo que si ponemos la botella sola a enfriar).