El 18 de agosto se celebra el Día del Pinot Noir en todo el mundo. Por ello desde aquí homenajeamos al cepaje tinto más sofisticado y elegante, emblema de la Borgoña y del Champagne francés, que encontró un nuevo hogar en la Argentina.
Es la uva más romántica de todas. La gran protagonista en las copas que se estrechan en las primeras citas. La más seductora e intrigante y una de las más difíciles de cultivar, según explican destacados winemakers de todas las latitudes. Única, incomparable y envolvente, la cepa Pinot Noir es cautivante en todos los sentidos.
Para celebrar el Día del Pinot Noir desde BordeRío te contamos cuáles son sus características y los mejores maridajes.
Pinot Noir, la “blanca de las tintas”
La cepa Pinot Noir se conoce comúnmente como la “blanca de las tintas”. ¿A qué se debe? Se debe al tipo de vinos que se consiguen a partir de ella. En concreto, Pinot Noir brinda vinos de extrema delicadeza, sutil presencia de taninos, refrescante acidez y facilidad a la hora de beber.
Por ello forma parte fundamental del enjundioso Champagne francés, por supuesto, en tándem con la Chardonnay, y de prestigiosos espumantes producidos en las regiones vínicas más salientes del planeta.
En efecto, el creciente consumo de vinos burbujeantes en nuestro país ha incentivado el interés en el cultivo de esta variedad que, pese a sus dificultades, es de particular valor para los wine lovers sibaritas.
En versión tinta, rosada o espumosa, el 18 de agosto celebramos el Día de la uva Pinot Noir con un buen exponente, que enaltezca la nobleza de esta variedad que es, sin duda, muy versátil para el maridaje, lo que la hace ideal para combinar diferentes elaboraciones gastronómicas.
Características de la uva Pinot Noir
Pinot Noir brinda vinos frutados, suaves y delicados, pero, a su vez, con cuerpo y con larga presencia en boca. Símbolo de la mítica región de la Borgoña, en Francia, allí da vida a las más famosas y caras etiquetas del mundo. Sin embargo, su calidad oscila fuertemente año tras año, pues es una uva caprichosa y, por momentos, indomable. Eso es lo que la hace tan misteriosa.
A diferencia de la cepa Cabernet Sauvignon, que se adapta a un sinfín de suelos, la Pinot Noir tiene muy poca capacidad de adaptación fuera de su tierra natal. ¿Dónde se da mejor? En terruños con clima frío. Por ello, en la Argentina, se ha convertido en la variedad símbolo de la Patagonia.
Además, hay Pinot Noir y del bueno en la región de Tupungato, en el Valle de Uco mendocino, donde encontramos altitudes que oscilan entre los 900 y los 1.700 metros sobre el nivel del mar.
La fascinación y la curiosidad que despierta su prestigio y misticismo, hace que ingenieros agrónomos y enólogos intenten una y otra vez con ella en numerosas zonas vínicas del mundo. Incluso, en terruños, a priori, imposibles.
En la Argentina, fundamentalmente en Río Negro, Neuquén y las zonas más frías y con mayor amplitud térmica de Mendoza, nos da sus vinos frutados, con marcado aroma floral y notas terrosas. Con crianza en buena madera, adquiere un delicado matiz tostado. Pero, sin duda, su característica más relevante es su capacidad de colmar el paladar sin agresividad ni astringencia.
Por ello, cuando pensamos en los maridajes, además de ser ideal como aperitivo y degustarse solo, Pinot Noir es un auténtico comodín que se adapta a un sinfín de platos. Veamos algunos de ellos.
Los mejores maridajes del Pinot Noir
El maridaje del Pinot Noir admite una gran gama de elaboraciones y puede equilibrarse con casi todas las carnes: vacuna, cerdo, pescado, pollo y pato. Sin embargo, no es conveniente maridarlo con platos que contengan ingredientes fuertes o picantes, pues estamos en presencia de un cepaje muy delicado.
Combinaciones clásicas pueden ser:
- Lomo, solomillo, pescado graso (salmón o trucha), sushi, quesos blandos o enmohecidos y picadas variopintas.
- Pollo a las brasas, risotto de hongos y la tradicional pizza cuatro quesos.
- Comida asiática, paella y arroces, que piden una compañía ligera y fresca como un Pinot.
Otra opción perfecta, desde el aperitivo hasta los postres, son los espumosos rosados elaborados a partir de esta elegante cepa que suele darnos vinos frutados, ágiles, equilibrados, carnosos y de buena persistencia. Cuando tienen crianza en barricas, evolucionan hacia las notas especiadas, cuero y frutas maduras o confitadas.
Desde la antigüedad hasta nuestros días se han escrito centenares de poemas, libros y guiones de películas en los que se le rinde homenaje a las infinitas virtudes de esta maravillosa uva. Sus vinos elegantes, aromáticos, equilibrados y de una fineza notable, bien merecen un gran reconocimiento en el Día del Pinot Noir. ¡Salud!