No solo Messi y sus compañeros albicelestes son protagonistas del Mundial de Qatar. Nuestro Malbec, símbolo y emblema de la viticultura Argentina, es el único cepaje que nos representa en la cita deportiva más importante del planeta.
Malbec, siempre Malbec. Con su estirpe, fineza y delicadeza, se ha convertido en el varietal exclusivo oficial de nuestro país, disponible para todos aquellos hinchas que adquieran tickets VIP, que tienen acceso a vistas privilegiadas del campo de juego y al disfrute de un lujoso servicio de catering.
En esta oportunidad, el Malbec seleccionado por las autoridades de Match Hospitality (empresa que atesora derechos exclusivos de DIDA para ofrecer paquetes turísticos oficiales) ha sido el de la bodega mendocina Luigi Bosca. Este exponente es, en definitiva, el único vino argentino que se sirve durante toda la competencia junto a vinos de otras naciones productoras.
De este modo, el Malbec forma parte de un selecto menú, que acompaña una carta acorde con las circunstancias mundialistas. Pero, ¿por qué lo han elegido? ¿Por qué esta cepa, elaborada con gran calidad en los terruños argentinos, triunfa con creces en el mundo entero?
El Malbec gusta por su elegancia y versatilidad a la hora de los maridajes. Hace más de dos décadas, este cepaje francés, pero de “corazón criollo”, deslumbró al mundo para convertirse, sin duda, en uno de los vinos favoritos de los winelovers.
En un primer momento, cautivó a paladares ocasionales, esos que aún no habían encontrado “el” vino que los enamorase. Esto se dio, justamente, por su facilidad para beber, sin miramientos, ni complejidades, sin la necesidad de una exigente experiencia para juzgar el aroma o el sabor. “Gustaba y punto”, afirmaron, en aquel entonces, los críticos vinófilos.
Malbec: un emblema nacional
Así, paso a paso, el Malbec de Argentina sedujo todos los paladares sibaritas del mundo, desde Nueva York a Tokyo y de San Pablo a Beijing. Hoy, ya es considerado uno de los cepajes tintos cosmopolitas, a la altura de un Cabernet Sauvignon, Syrah o Merlot, y la Argentina ha quedado como su principal productor.
El Malbec es un vino ideal para cualquier ocasión. Acompaña una cena, un momento distendido, una charla con amigos y hasta una reunión laboral. En el mundo, los fans de Brasil, Estados Unidos e Inglaterra ayudaron a convertir al Malbec en un verdadero fenómeno internacional.
Sutil, fresco, jugoso y bebible, nuestra variedad insignia ha conquistado el planeta y ahora, llegó a Qatar, para deslumbrar con sus infinitas virtudes. El Malbec nos regala vinos nobles, en los que el terroir se expresa a la perfección en una copa. Cultivado en diferentes regiones, latitudes y altitudes, los enólogos la tratan con amor, respeto y cuidado.
Hoy, tras más de veinte años de esfuerzo en la Argentina, el Malbec llega a la cima del mundo y acompaña a los paladares más exigentes que desembarcaron en Qatar para vivenciar una de las experiencias más fascinantes de esta vida: el Mundial de Fútbol.
¡Vamos, Argentina!