De tendencia y novedad, pasó a ser un boom entre todos los paladares vinófilos argentinos. Hoy, cada sibarita curioso quiere descubrirla y saber qué vinos brinda en diferentes alturas y latitudes.
¿De quién hablamos? De la uva Cabernet Franc, instalada desde hace un decenio con fuerza en el mercado vínico local. Sin embargo, su historia es muy añeja y su presencia en Francia es de muy larga data.
Como cada 4 de diciembre, en todas las latitudes se celebra el Día Internacional de esta cepa noble, que engalana las copas con su estirpe y personalidad marcada.
Muy apreciada y valorada en la viticultura nacional, crece a pasos agigantados, fundamentalmente, en la región del Valle de Uco, donde encontramos cada vez mejores exponentes.
La fecha de celebración, a tono con el epílogo del año, tiene que ver con el promedio de cuando cuaja la variedad, es decir, que la flor se convierte en fruta.
En la Argentina, la celebración del Cabernet Franc tomó fuerte impulso en esta oportunidad, posicionándose casi a la par de las conmemoraciones del Malbec (nuestra cepa emblema) y del Cabernet Sauvignon, que siempre tiene sus fans incondicionales.
Cabernet Franc se da de maravillas en el Valle de Loire y Burdeos, en Francia, donde su presencia es determinante para elaborar vinos prestigiosos y multipremiados. Considerada la madre de la Cabernet Sauvignon, se destaca por regalarnos vinos con delicadas notas especiadas, taninos firmes, acidez balanceada y un final de boca prolongado, sutil y refinado.
Características del Cabernet Franc
En términos generales, en la Argentina los vinos de esta excelsa variedad se caracterizan por su color rojo rubí intenso con matices violáceos. En la nariz, son notables los aromas a eucaliptus, mentol, frutos rojos y flores como la violeta. Si el vino pasa por barrica, se suman aromas terciarios como vainilla, chocolate y tabaco, redondeando vinos de gran cuerpo.
En la actualidad, según datos del INV, en nuestro país hay 1569 hectáreas plantadas de Cabernet Franc, es la décima variedad tinta en total de superficie cultivada y es la cuarta en el ranking de cepas tintas que más han aumentado en superficie desde el año 2010, luego del Malbec, la Ancellotta y la Aspirant Bouschet.
A modo de dato estadístico, el 80,6% de la superficie del Cabernet Franc está en Mendoza. El resto se divide entre San Juan (8,2%), Salta (2,7%), Neuquén (1,9%) y otras 11 provincias.
¡Feliz Día, Cabernet Franc y por muchos años más de chinchines (siempre con responsabilidad y moderación)!