¡Los amantes del chocolate están de parabienes! El viernes 13 de septiembre se celebra el Día Internacional de este exquisito manjar que tiene fans en cada una de las latitudes del planeta.
¿Por qué se ha determinado esta fecha para rendir homenaje a uno de los más grandes elixires culinarios? El origen de este festejo lo encontramos en Francia, en el año 1995. La idea surgió a modo de tributo al escritor británico Roald Dahl, autor de la proclamada novela “Charlie y la fábrica de chocolate”.
Esta conmemoración fue, posteriormente, ratificada de manera oficial por los Estados Unidos, a raíz de una coincidencia: el 13 de septiembre es, además, el día del natalicio de Milton S. Hershey, el fundador de la emblemática compañía de Chocolates Hersey.
Desde aquel momento, hace ya casi treinta años, esta fecha se ha convertido en una celebración mundial, de suma importancia, trascendiendo culturas, idiomas y fronteras.
Todos los apasionados del chocolate se autoconvocan en todo el mundo para brindar una oda a este producto que atesora una vastísima historia, que nos lleva hasta las antiguas civilizaciones mesoamericanas y, en definitiva, valorar su evolución hasta su devenir en una verdadera delicia gastronómica de fama internacional.
Uno de los temas más seductores, misteriosos y complejos en relación al chocolate es su maridaje. No es para nada fácil encontrar su tándem ideal. Años atrás, los paladares casi que se resignaban a encontrar partener. Sin embargo, con el paso del tiempo, todo empezó a cambiar.
En primer lugar, el chocolate es un manjar que está determinado por la graduación del porcentaje de cacao. Ello es clave, pues determinará el perfil de sabor con el que cada persona se identifica. En el vino se da lo mismo, pues encontramos un sinfín de sensaciones.
Entonces, la combinación enogastronómica entre vino y chocolate, a priori, es complicada. De todos modos, en esta nota desandaremos el camino para que ambas partes se encuentren y potencien sus características organolépticas de manera atinada.
Vayamos por partes
Es fundamental entender que hay diferentes tipos de chocolate. Los hay negros, con leche, condimentados (menta, especias) y los chocolates blancos, hechos a base de manteca de cacao (siempre están aquellos que no lo consideran chocolate).
Por otra parte, mientras más porcentaje de cacao se utilice, mayor será el amargor del chocolate y en esa marcada concentración tendremos que imaginar el estilo de vinos. La ecuación es simple: a mayor amargor y más tonalidad oscura del chocolate, más profundo y tánico debe ser el vino.
Teniendo en cuenta estos ítems infalibles, los maridajes se podrán realizar por concordancia o por contraste. Por supuesto, están aquellas combinaciones innovadoras, diferentes, que son un pleno deleite para el consumidor.
Veamos algunos ejemplos. Si pensamos en un chocolate al 50% (dulce) las opciones son infinitas. Vamos desde un Malbec joven, fresco, frutado, con típicas notas frutos rojos, a un delicado Pinot Noir o un refrescante Sauvignon, que contrastará los sabores con sus notas cítricas, verdes y envolvente acidez. ¡Atención amantes de las burbujas! Un espumoso Brut o Demi Sec, delicados y sutiles, irían de maravillas.
Por su parte, los chocolates blancos dulces pueden maridan por acuerdo con los vinos blancos dulces naturales o coeschas tardías. Son una gran dupla. Pongamos, también, una ficha a los espumosos dulce, siendo una opción válida y convincente.
Otra propuesta que pica en punta se da con un Chardonnay con prestancia, estirpe y tipicidad varietal. En este caso, equilibramos el dulzor del chocolate con el volumen siempre intenso de la cepa reina de las blancas.
Por último, desde nuestro punto de vista, una de las más salientes combinaciones con chocolates se da con vinos tintos. Aquí, encontramos opciones para cada tipo de chocolate.
Así, los chocolates semiamargos pueden funcionar con varietales como el sofisticado Merlot o Cabernet Franc, con menor concentración de color.
Por último, para los chocolates amargos, apostamos un pleno al Cabernet Sauvignon con crianza en barricas. Este varietal aportará notas tostadas, de tabaco y vainilla, perfiles que se entienden a la perfección con el amargor del chocolate.
Y ustedes, queridos lectores, ¿tienen la combinación ideal? ¡Los leemos!