Desenterramos mitos vinculados históricamente al fascinante planeta vínico. ¡Completá este test para probar tus conocimientos
¡Comenzá el test!
1) En los vinos espumosos, ¿si la burbuja es más pequeña, es mejor?
2) ¿El color del vino deriva del color de la piel de la uva?
3) ¿El vino huele a vino?
4) ¿El vino tinto “raspa”?
5) ¿El vino blanco da dolor de cabeza?
6) ¿Las lágrimas que se forman en la copa influyen directamente en la calidad del vino?
7) ¿Los cierres alternativos al corcho de alcornoque son perjudiciales para el vino?
y ahora..¡las respuestas!
1) En los vinos espumosos, ¿si la burbuja es más pequeña, es mejor?
1) Es VERDADERO afirmar que una burbuja pequeña es consecuencia de un espumoso de calidad o alta gama, pero NO tenemos que atribuirlo con exclusividad al método de elaboración. La burbuja se forma como consecuencia de la fermentación. Es deicr, es dióxido de carbono.
Es clave que las burbujas sean chiquitas, pues de lo contrario la boca quedaría invadida por otras de tamaño grande y la sensación no sería agradable, impidiendo la apreciación correcta de los sabores del espumoso.
2) ¿El color del vino deriva del color de la piel de la uva?
2) VERDADERO. El denominado hollejo transmite el color al jugo de la uva, que es incoloro. Este proceso se conoce como maceración (transferencia de coloración).
El componente responsable de la pigmentación se llama antociano y además de estar en la uva tinta, se encuentra en otros alimentos como la remolacha y la ciruela.
3) ¿El vino huele a vino?
3) FALSO. A la hora de degustar un vino, permanentemente queremos descubrir aromas frutales, florales, especiados y hasta amaderados. ¿Por qué, de repente, un vino huele a nuez moscada, canela, pimiento verde, pera, durazno o cereza?
No es invento ni “chamuyo”. Es real. La ciencia lo avala y comprueba. Por ejemplo, la pirazina es una familia de componentes presentes en los pimientos y suelen estar en varietales como Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc o Carmenere. Asimismo, el acetato de hexilio lo encontramos en la pera y el Chardonnay. Y los ejemplos se repiten en otros varietales.
Si afirmamos que el vino huele avino, estaríamos desconociendo el trabajo intenso y sentido de las bodegas, que cada día elaboran mejores etiquetas.
4) ¿El vino tinto “raspa”?
4) En el hollejo de la uva están los taninos. Se trata de protectores químicos que además de estar presentes en la piel de la baya, se encuentran en las hojas de té, en la pera o ciertos frutos secos como la nuez. Son conservantes naturales del vino, así como también lo son el alcohol y la acidez.
Así, tienen la propiedad de coagular la saliva y producir una sensación ligera y temporal de sequedad en el paladar. En este sentido, podemos decir que es VERDADERA la consigna. Solo teniendo en cuenta esta aclaración.
Hay cepajes que genéticamente son más tánicos, como el Cabernet Sauvignon o el Syrah. En cambio, otras variedades tienen pocos taninos, como Malbec o Pinot Noir. En definitiva, el vino tinto es, en mayor o menor medida, siempre tánico. La enología actual se enfoca en que los vinos tengan taninos amables para evitar esa sensación de rispidez.
5) ¿El vino blanco da dolor de cabeza?
5) Otrora, esto hubiese sido VERDADERO. Hoy, podemos decir que es FALSO. El problema, devenido en herencia generacional, empezó cuando los enólogos agregaron durante años dosis grandes de anhídrido sulfuroso al vino. Lógicamente, esto causaba serios dolores de cabeza en determinadas personas. Los blancos o espumosos, al carecer de taninos, necesitan dosis mayores.
Sin embargo, ahora está todo mucho más controlado. Si bien el sulfuroso sigue siendo el único antiséptico y antioxidante que se utiliza en la vinificación, en la actualidad, gracias a la sanidad de la uva, la higiene en los procesos de elaboración y la tecnología de punta de las bodegas, las dosis son mínimas.
Si hoy nos duele mucho la cabeza, se deberá a que bebimos en demasía, pues ya no existe el problema del exceso de anhídrido sulfuroso.
6) ¿Las lágrimas que se forman en la copa influyen directamente en la calidad del vino?
6) FALSO. Cuando giramos la copa, se percibe la adherencia del vino a las paredes y, una vez en reposo, la formación de pequeñas “piernas” o “lágrimas”. Es un fenómeno de tensión superficial, producido por el contenido de alcohol y azúcar y otros componentes viscosos del vino. Aclaración: esto se percibe en cualquier bebida alcohólica.
Un vino enriquecido en alcohol o muy concentrado exhibirá lágrimas de mayor densidad. En cambio, en los vinos ligeros, con poco tenor alcohólico, se formarán lágrimas finas y dispersas.
Conclusión: las lágrimas no son un indicativo de la calidad de un vino. Tienen que ver con el potencial alcohólico.
7) ¿Los cierres alternativos al corcho de alcornoque son perjudiciales para el vino?
7) FALSO. El tipo de cierre de una botella dependerá del contenido. Los vinos que no necesitan evolucionar en la botella tendrán tapa a rosca o tapón sintético.
Por su parte, los vinos que tienen la capacidad de mejorar con el tiempo, a través de una correcta guarda, serán cerrados con tapón de corcho natural (alcornoque).
La elección del taponado, en definitiva, dependerá del enólogo y su equipo de trabajo. Cada decisión es bien pensada, así que no hay que temer a ningún tipo de cierre.
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