Verónica Irazoqui, CEO de BordeRío

BordeRío, una bodega con liderazgo femenino

Son talentosas, innovadoras y emprendedoras. Cada una en lo suyo, sobresalen por su expertise. Trabajadoras y amantes del buen beber, decidieron lanzarse con firmeza a la industria del vino, que por años le dio la espalda al liderazgo femenina. “Es cosa del pasado. Hablar de géneros en este ambiente carece de total sentido”, afirman.

Ellas son Verónica Irazoqui y Mariela Ardito, CEO y enóloga respectivamente de Bodega BordeRío, el mega emprendimiento vitivinícola ubicado a las afueras de Victoria (Entre Ríos). A través de su vasta experiencia y en el marco del Día Internacional de la Mujer, profundizan sobre el vínculo entre la mujer y el vino. “Las mujeres se sienten más seguras a la hora de hablar de vino. No solo desde la elaboración, sino, también, desde el servicio y el consumo”, coinciden.

¿Cómo evalúan el rol de la mujer en la industria del vino?

Verónica: Desde mi punto de vista, el rol de la mujer en la industria del vino ha producido grandes cambios, ya que el paladar y los gustos de la mujer están siendo cada vez más tenidos en cuenta a la hora de la elaboración. BordeRío tiene como premisa captar tanto el paladar de la mujer como el del hombre, creando un vino que sea un disfrute de sentidos para ambos.

Mariela: Coincido. El papel de la mujer en la industria ha tomado muchísima importancia en los últimos años, tanto por la labor de las enólogas como por la activa participación de las mujeres en todos los eslabones de la cadena. Considero que hemos aportado sutileza, creatividad, sensibilidad artística y sensorial, desde la fineza en el olfato y el gusto. Además, se ha hecho un gran aporte desde lo estructural, ya que hoy encontramos hasta arquitectas que se especializan en la construcción de bodegas y que le han dado una impronta muy significativa en la Argentina y el mundo. Vemos, además, inversoras que se animaron a tener su propia bodega, como Vero.

El vino es, ahora, una bebida que ya no entiende de género. Dejó de ser cosa de hombres a la hora de elaborarlo y consumirlo. ¿Cuáles son los motivos de este cambio de mentalidad y costumbres?

Mariela: Sí, el vino dejó de ser algo exclusivo del hombre. Existen importantes segmentos de consumidoras femeninas que toman mucho más que vino rosado (asociado desde antaño al consumo de las mujeres) y espumosos dulces. Beben vinos robustos, concentrados, con buena graduación alcohólica y presencia tánica. Por otra parte, hay hombres que disfrutan más los vinos ligeros que los vinos más sofisticados. Por ello, hoy, hablar de géneros en los vinos carece de análisis y de sentido.

Verónica: Los motivos, básicamente, son los cambios culturales y sociales que se produjeron en torno a la mujer y a su posición en todo tipo de trabajo y lugar. Sin duda, hoy, la mujer se siente empoderada, se anima a capacitarse en todos los rubros y a ocupar lugares que antes eran de exclusividad del hombre. Uno de estos rubros era el mundo del vino, hoy ampliamente desarrollado por mujeres en todo el mundo.

Verónica, justamente, formás parte de dos empresas cuyos rubros culturalmente han sido asociados a hombres: tecnología (DonWeb) y vino (BordeRío). En ambas, ocupás puestos clave de decisión. ¿Cómo es liderar una empresa?

Verónica: Liderar cualquier tipo de empresa supone un desafío constante. En nuestros días, ser líder en esta industria no supone un desafío mayor al que ya exige el puesto en sí, dado que las condiciones se han igualado en su gran mayoría. He aquí una muy buena noticia.

Bodega BordeRío

Hablando de líderes, ¿qué análisis hacen de las nuevas camadas de mujeres profesionales al frente de nuestra industria vitivinícola?

Mariela: Me enorgullecen las nuevas camadas de profesionales, desde las enólogas e ingenieras agrónomas creativas, audaces y arriesgadas, hasta aquellas que toman puestos y desafíos de proyectos sorprendentes. Las mujeres actuales deciden elaborar nuevos estilos de vinos con gran determinación. Son valientes y creativas. No le tienen miedo a nada, pues todo lo hacen con mucho entusiasmo. Muchas, en efecto, se ponen la bodega al hombro.

Verónica, hablemos del lado del consumidor. ¿En la bodega has notado que hayan aumentado las visitas de mujeres o siempre fue proporcional a la de los hombres?

Verónica: En BordeRío, cada vez más se están recibiendo visitas de mujeres. Es una constante que venimos viendo en los últimos años. El mundo del vino se ha caracterizado por ser explorado por hombres, pero, ya desde hace un tiempo largo, mujeres muy preparadas en la materia comenzaron a mostrar un gran interés en el tema. En BordeRío, es muy común encontrar grupos de mujeres disfrutando los placeres de una buena copa.

En general, ¿cómo ven la industria del vino local?

Verónica: El vino en los últimos años se ha convertido en una bebida que está siendo incorporada por un rango de edad más amplio. Desde más jóvenes, las personas comenzamos a empaparnos y a querer aprender sobre los distintos varietales y opciones a la hora de elegir un vino. Es un mundo que, una vez descubierto, no deja de fascinar, y por eso se explica que cada vez más gente entre en él.

Mariela: Exacto. Hay además un crecimiento en alza y una profesionalización muy importante de las pequeñas y medianas bodegas. La calidad de los productos avanza día a día sin detenerse, de la mano de inversores y propietarios interesados en desarrollar y mejorar la industria. La expansión actual es muy interesante.

El mundo del vino no tiene género y la excelencia de BordeRío lo demuestra. La bodega invita a despertar sentidos, a agudizar el gusto y la vista, a afinar el olfato, a relacionar aromas y colores. En una industria que no para de crecer, BordeRío se afirma con su liderazgo de clave femenina.

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