Por su personalidad, por su versatilidad para adaptarse a diferentes tipos de suelos, por su carácter y estirpe, el mundo celebra el Día del Cabernet Sauvignon y desde BordeRío te contamos cuál es el origen de este festejo y qué caracteriza a este vino.
Entre los últimos días de agosto y los primeros de septiembre cada año se conmemora el Día del Cabernet Sauvignon. La fecha va variando todos los años, lo que se debe al origen de la celebración.
En el año 2010, Rick Bakas un experto en vinos del Norte de California, decidió impulsar la creación del festejo en honor a este varietal y propuso que sea el jueves anterior al Labor Day (Día del Trabajo en los Estados Unidos). Debido a que su fecha no es fija, sino que tiene lugar el primer lunes de septiembre de cada año, el Día del Cabernet Sauvignon tampoco lo es. Este 2022 se celebró el 1 de septiembre por ejemplo.
Más allá de este detalle, podríamos decir que septiembre es el mes de este varietal, por ello, hoy vamos a conocer sus principales cualidades.
Cabernet Sauvignon, la reina de las tintas
Los críticos especializados la consideran la reina de las variedades tintas. Una cepa que se traduce en vinos robustos, corpulentos e intensos. Como reza un dicho añejo, “una buena bodega debe tener, al menos, un exponente elaborado con esta uva”. Y puede que así sea, ya que esta es la cepa más plantada a nivel mundial.
Su fama y prestigio comenzó en la región francesa de Burdeos, en donde es protagonista de los excelentes vinos de la zona (Médoc, Graves). Desde allí se extendió a casi todo el planeta, gracias a su «plasticidad», es decir, la capacidad de adaptación a diversos medios, sin perder sus características y cualidades.
Se da, por ejemplo, muy bien en el Napa Valley californiano, donde es emblema indiscutido; en el tradicional Valle del Maipo chileno; en Coonawarra, símbolo de la mejor viticultura australiana; y en Sudáfrica. En la Argentina la encontramos cultivada en los más variados climas y suelos.
A partir de su popularidad en todas las latitudes, el Cabernet Sauvignon pasó a ser considerado como el paradigma del vino tinto con fuerza y presencia prolongada en boca. De allí que, virtualmente, todas las bodegas argentinas cuenten con un ejemplar, ya fuere varietal o bien combinado con Merlot y Malbec (blends históricos).
El mapa del Cabernet Sauvignon en Argentina
Antiguamente, en nuestro país, al Cabernet Sauvignon se lo denominaba “vino de macho” por su contundencia en boca y astringencia marcada. Hoy, sobre todo en la región de Agrelo, en Luján de Cuyo, se producen exponentes multipremiados y reconocidos por los más exigentes periodistas vinófilos y paladares sibaritas nacionales e internacionales.
El Valle de Uco mendocino se sumó a la exploración de Cabernets de altura, en pos de lograr una identidad definida.
Otra región “cabernetera” es Salta, con epicentro en Cafayate, en donde nacen vinos con gran potencia, pero, a su vez, muy tomables y delicados. En el Norte, Tucumán también se suma con etiquetas reconocidas, mientras que la Patagonia, en el extremo sur, está encontrando su estilo particular.
Por supuesto, la recuperación de la tradición vitivinícola entrerriana también ha permitido la producción de exponentes muy interesantes de esta cepa y de gran valor para la región. Tal es el caso del Injusto Cabernet Sauvignon 2021, un vino que en boca deja marcados taninos dulces, frutas rojas y delicado final.
¿Cuáles son las características del Cabernet Sauvignon?
Adentrándonos en las características del Cabernet Sauvignon, el racimo es “suelto”, sin granos apretados y de color azulado. Se destaca por el sabor a frutos negros (mora, cassis) y, a veces, a pimiento rojo o verde, según los terruños y el sistema de cultivo utilizado.
Cuando es joven, el vino elaborado a base de esta uva suele mostrarse de paladar recio y duro, con pronunciada acidez y taninos bien presentes y ásperos. Necesita, entonces, tiempo para suavizarse.
Cuando madura, en cambio, especialmente en barricas de roble, este carácter organoléptico salvaje da paso a un vino de aromas profundos y complejos, paladar a la vez robusto y carnoso, redondo y envolvente. La guarda, sin duda, lo redondea y favorece su óptima evolución.
A la hora de los maridajes, los Cabernet Sauvignon van de maravilla con carnes rojas con buen tenor graso. Algunas combinaciones enogastronómicas clásicas son: asado vacuno, guisados, carnes de caza y cordero, pastas rellenas y pizzas a base de quesos duros (Parmesano, Provolone, Reggianito, Grana Padana).
De todos modos, también podemos pensar en elaboraciones sin carne. Este cepaje se complementa muy bien con pimientos rojos asados, risottos de hongos y, si tiene un estilo más delicado, hasta salmón, trucha u otro tipo de pescado graso.
Desde BordeRío celebramos el día del Cabernet Sauvignon conmemorando las virtudes de esta noble cepa e invitando a brindar en su honor. ¡Salud y hasta la semana que viene!