Vino y Mitología

El vino acompaña la Historia de la Humanidad desde tiempos remotos. Especialistas sostienen que ha sido una de las primeras creaciones del ser humano. ¿Su origen? Había sido en la Edad de Piedra. ¿El sustento de esta teoría? La uva es el único fruto que fermenta naturalmente y al deja su jugo en un recipiente o vasija, “se hará solo”.

En relación a ello, Hugh Johnson, prestigioso conocedor de las bebidas y autor del Atlas Mundial de Vinos y Licores, dejó una frase inmortal: “La historia del vino se remonta más allá de nuestros conocimientos”.

A partir de entonces, un sinfín de historias y leyendas han ido a la par de la evolución del vino. La mitología, entre dioses y fiestas bacanales, se hizo presente desde antaño.

El remedio del rey: una antigua leyenda sobre el vino

Una leyenda con mucho peso histórico sostiene que en el año 4.000 antes de Cristo, un ave dejó caer unas semillas en los pies del rey semidios Djemchid. De aquellas semillas nacieron uvas que fueros cosechadas y guardadas en el depósito real, en donde a partir de la fermentación natural se hicieron vino.

Sostiene aquel relato, por otra parte, que cuando una de las esposas del rey intentaba quitarse la vida, bebió y bebió unos cuántos sorbos de este jugo de uvas negruzco, pensando que era venenoso. ¿Qué pasó? Para sorpresa de todos, la encontraron bailando y cantando con algarabía, siendo la primera persona en embriagarse con vino.

El rey llamó a la bebida Darou é Shah, que quiere decir “el remedio del rey”. De la deformación de este término, vendría el nombre Shiraz o Syrah, cepaje cuyo origen habría sido la Antigua Persia. Para muchos historiadores, allí nació el vino.

Vino en la mitología egipcia

En el Antiguo Egipto, tuvo mucha importancia Osiris, dios del vino. Para los sumerios, en cambio, fue Gestín la diosa que simbolizaba la “madre cepa”.

Según la mitología egipcia, Osiris habría enseñado a la humanidad el cultivo de la vid: desde la cosecha hasta la guarda del vino. Por su parte, Isis, diosa de la agricultura y esposa de Osiris, protegía y cuidaba el proceso de vinificación en las incipientes bodegas.

Vino en la mitologia griega

En la Antigua Grecia, Dioniso fue el dios del vino, que posteriormente tomó el nombre de Baco en la Antigua Roma. Se lo representaba de una manera robusta, con una copa en la mano, la frente coronada por pámpanos relucientes y en plena sazón.

Para los griegos, Dioniso descubrió la viticultura y la extendió por el continente asiático. Según la leyenda, al morir Ampelo, amor de Dioniso, de su cuerpo brotó una rama de vid. Dioniso apretó con sus manos un racimo de uvas y brotó de él un jugo dulce que producía embriaguez. En Grecia consideran este hecho el nacimiento del vino.

Vino en la mitología en romana

Para los romanos, en cambio, Baco fue el que transmitió sus conocimientos a los seres humanos en relación a cómo plantar los viñedos y de qué modo se debería hacer vino. Párrafo aparte para las denominadas fiestas donisíacas o báquicas auténticas celebraciones, en las que el vino se apreciaba más por su cantidad que por su calidad. Los caldos, en aquel entonces, no gozaban de buena reputación, siendo su color color indeciso y con sensaciones dulzonas en el paladar.

Extra: El vino en la biblia

La Biblia fue, también, testigo de la magia del vino. Basta con recordar a Noé (personaje bíblico), un agricultor que labró la tierra y plantó una viña. Luego, bebió su vino y ¡se emborrachó!

Además, en el Antiguo Testamento encontramos unas cuántas loas al vino, bebida que ya desde los inicios de la humanidad llamaba la atención de los mortales.

Así, la evolución del vino maridó a través de los siglos, historia, mitología y leyendas que aún hoy tienen vigencia. ¡Hasta la semana que viene!

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