¡Levantemos bien arriba nuestras copas! Hoy, celebramos el Día del Vino Argentino. Nuestra bebida nacional, simbólica y emblemática que mejor nos representa frente al mundo.
Pero, ¿por qué se conmemora el 24 de noviembre? ¿Cuál es el motivo? Vayamos paso a paso.
Esta fecha se determinó a partir de la Ley N.° 26.870, que declaró al vino “Bebida Nacional”, en el año 2013. Si bien en 2010 logró un primer reconocimiento gracias a un decreto presidencial, la ley fue aprobada por unanimidad tres años después en el Congreso. El objetivo ha sido “promover y revalorizar el producto que es reconocido a nivel mundial”.
Así, con la asignación de este día especial, se procura difundir las características culturales que implica la producción, elaboración y consumo tanto del vino como de sus tradiciones, que están llenas de historias y familias pujantes.
Recordemos que Argentina atesora más de 200.000 hectáreas de viñedos y exporta sus líquidos a más de 160 países. También otro dato interesante es que el 70% de la producción se da en el mercado local. Además, la industria vitivinícola genera más de 100.000 puestos de trabajo en forma directa y unos 280.000 de manera indirecta.
Por todo esto y mucho más, en nuestro país el vino es bebida nacional. Es considerado alimento con arraigada raíz cultural e identitaria, que forma parte de la dieta local de gran parte de sus habitantes. A modo estadístico, hoy se consumen, aproximadamente, 22 litros anuales de vino per cápita.
A nivel internacional, Argentina es el primer país en declarar el vino como bebida nacional. En relación con la producción, el país ocupa el quinto puesto en el mundo y es el más importante en América del Sur.
¿Qué variedades de uva se producen en el país?
Muchísimas, desde blancas a rosadas y tintas. De todos modos, los más emblemáticos son el Malbec y el Torrontés.
El Malbec es el cepaje más representativo, pues cuenta con más de 43 mil hectáreas plantadas. A partir de esta cepa, se elaboran vinos jóvenes y excelsos exponentes que tienen largas crianzas en barricas, así como también, vinos rosados, espumosos y fortificados.
Por su parte, el Torrontés es un cepaje blanco muy particular, exótico y perfumado, que se expresa de maravillas, fundamentalmente, en el Norte de la Argentina.
En total, hay 223.585 hectáreas de viñas, lo que simboliza el 3% de la superficie mundial y nos consolida como quinto productor de vinos en el ranking internacional.