“El tiempo es el mejor autor, siempre encuentra un final perfecto” (Charles Chaplin). El tiempo en el vino, su crianza, es un delicado y largo proceso que tiene como propósito brindarle unas determinadas características organolépticas. ¿Qué sucede cuando el vino reposa en barrica? Hoy te contamos sus principales beneficios.
Como muchas y muchos lectores sabrán, la barrica es un recipiente de madera que aporta numerosas ventajas al vino: no sólo sirve para su conservación, sino que también modifica sus características, como el color, los aromas y los sabores.
Además, el paso del vino por barrica aumenta su longevidad: mientras que los vinos jóvenes tienen un período de consumo corto, los vinos con crianza en barrica prolongan su vida durante años e, incluso, décadas.
Barrica y los tipos de vinos
Comenzamos a detallar los tiempos. Según los meses que pasa el vino en la barrica, se pueden distinguir distintos tipos:
- Vinos de crianza: permanecen un mínimo de 24 meses en reposo en bodega, de los cuales 6 tienen que ser en barrica.
- Vinos de reserva: tienen que permanecer un mínimo de 36 meses en reposo en bodega, mínimo 12 en barrica.
- Vinos gran reserva: mínimo de 60 meses en reposo en bodega y al menos de 18 meses en barrica.
Cabe destacar además que, cuanto más pequeña sea la barrica, cuanto más nueva y cuanto más tiempo pase el vino en ella, más se percibirán luego los sabores y aromas provenientes de la madera.
Los aportes de la barrica al vino
Las barricas han sido fabricadas de diferentes tipos de maderas, como cerezo, castaño y pino. Sin embargo, por sus características, las barricas de roble son las más adecuadas para la maduración del vino. Ahora bien, no todos los tipos de roble son aptos para ello: las más utilizadas son las barricas de roble francés y de roble americano.
En cuanto a sus aportes, podemos resumir cuatro: aromas terciarios, taninos, redondez de color y longevidad. En este punto también hay que hacer una distinción: no todas las variedades de vino «soportan” el descanso en roble. Hay que tener en cuenta el tipo de vino que entrará en contacto con la madera y el perfil buscado.
Así, por ejemplo, la elección de una barrica para la crianza de un vino a base de Pinot Noir deberá basarse en supuestos diferentes a los utilizados para elegir una barrica destinada a un Merlot.
En líneas generales, se puede decir que la crianza en barrica da lugar a vinos más finos, estables y complejos. Algunos de sus efectos son:
- Sobre el color del vino: el contacto con la madera hace que la tonalidad se incremente debido a la reacción de los taninos de la barrica con el vino.
- Sobre el aroma: la madera aporta distintos matices al vino, siendo los más habituales a especias y tostados.
- Sobre el sabor: la barrica le aporta dulzura al vino, así como diferentes aromas.
Si querés conocer más sobre barricas y sus consecuencias en los vinos, no te pierdas el siguiente artículo: La crianza del vino: ¿Qué pasa cuando el líquido reposa en barricas de roble?
Hasta la próxima edición ¡y salud!