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Día Mundial del Enoturismo: ¿Qué se celebra?

Hoy, las vacaciones o momentos de distensión no son solo sinónimo de relax en la playa, excursiones en las sierras, escaladas en la montaña o visitas a museos históricos en ciudades de alta impronta.

En el último decenio, cobró suma importancia en todo el mundo el denominado enoturismo. Es decir, el turismo relacionado directamente con las bodegas.

Aquellos paladares vinófilos sibaritas, curiosos y hasta profesionales, eligen pasar sus días recreativos entre toneles, tanques de fermentación, cavas subterráneas y viñedos.

Las bodegas, además, no solo ofrecen tours por sus instalaciones, sino que también, han incorporado a sus filas restaurantes de alto vuelo, propuestas de picnic al aire libre y, por si fuera poco, alojamiento entre vides para pasajeros exigentes.

A partir de este furor que ha despertado el enoturismo, se decidió conmemorar esta actividad todos los segundos domingos del mes de noviembre.
¿Cuál es el objetivo? ¿Qué se celebra? La idea es potenciar aún más el turismo vitivinícola y promocionar las infinitas bondades de las regiones del vino como fuente imprescindible de riqueza cultural y económica.

El día del enoturismo, por otra parte, es una excusa inmejorable para adentrarse en la milenaria cultura de la vid en cada una de las prestigiosas tierras internacionales.
La cultura del vino es universal, diversa y muy rica en paisajes, tradiciones y pueblos. Es historia pura y ello es lo que se quiere destacar en esta jornada conmemorativa.

A tono con el clima de júbilo, los terroirs vitivinícolas, en los que el enoturismo es una industria cada vez más pujante, han diseñado innovadoras propuestas temáticas.
En diferentes casos, también se extienden los festejos durante el fin de semana, toda la semana e, incluso, todo el mes de noviembre.

¿Cuáles son las actividades que se organizan para festejar?

Las bodegas, según el país de origen, planean para esta ocasión catas y comidas maridadas especiales, rutas teatralizadas, recorridos senderistas o marchas nórdicas entre viñedos.

También realizan clínicas de poda, visitas guiadas por los pueblos y ciudades vitivinícolas, ferias de vino, festivales cinematográficos, recorridos enogastronómicos, jornadas completas de puertas abiertas en bodegas, conciertos y sesiones de DJs en bodegas, talleres de vino y ciencia, concursos fotográficos, showcookings, foros temáticos a cargo de reconocidos enólogos, recorridas interpretativos y charlas técnicas.

Lo cierto es que el enoturismo es una industria cada vez más saliente, consolidada y que atrapa la atención de paladares vinófilos de todo el mundo que, con moderación y responsabilidad, van en busca de los mejores exponentes vínicos de cada país productor.
¡Salud y chin chin!

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