En época de vacaciones, y en los viajes, muchas veces nuestro equipaje incluye botellas de vino. Te contamos qué recaudos tener para transportarlas.
Parte de las delicias de viajar y conocer otros lugares incluye también disfrutar de la gastronomía y de los vinos de la zona, para descubrir encantos y particularidades de cada uno. No es extraño para un amante de los vinos que sus compras cuando visita otra ciudad, provincia o país incluyan botellas de vino del lugar.
Es así que al momento de armar las valijas las botellas de vino deben encontrar los lugares indicados para que no se rompan o dañen durante su traslado. A muchos se nos cruza la imagen de las valijas en tránsito, donde son apiladas o golpeadas, y queremos tomar recaudos necesarios para asegurar que las botellas de vino no se rompan.
Reglamentación para vuelos internacionales
La reglamentación para el traslado de las botellas de vino es igual en todas las aerolíneas: deben ser despachadas a la bodega del avión, en cajas embaladas correctamente y rotuladas, o dentro de la valija que despachamos. En este punto debemos chequear el peso de la valija y cerciorarnos que no supere el límite permitido, o comprar equipaje extra para nuestro pasaje.
¿Cómo calculamos el peso de cada botella?
Si no tenemos una balanza, podemos saber que en general una botella de vino de 750 ml pesa un kilo, salvo botellas de vinos de gran reserva, que son más gruesas y pesadas (calcular 1.5 kg entonces). En cuanto a los volúmenes de alcohol que se pueden trasladar, van desde 3 a 5 litros, dependiendo del país de origen y de destino. Siempre conviene consultarlo con la aerolínea.
Tips para vuelos de cabotaje
Dentro de Argentina el traslado de vinos desafía toda lógica: no pueden ponerse dentro del equipaje despachado en bodega, sino que deben llevarse en cabina, como parte del equipaje de mano. En otros países puede variar esta norma, y no permiten transportarlos si no es en bodega. En el caso de ir en cabina debemos contarlos como parte del equipaje y no excedernos.
Tips para que las botellas lleguen ok a destino:
Los vinos deben transportarse de la manera más segura, para evitar roturas y derrame del líquido en nuestra valija, y vidrios que pueden cortarnos al desempacar. Obviamente una botella de vino blanco o de espumante causará menos manchas en la ropa.
Para el amante de los vinos, que sabe que donde vaya va a comprar una que otra botella, es conveniente invertir en estuches y bolsas especiales. Un bue estuche que sea rígido por fuera y acolchonado por dentro es lo óptimo. Una segunda opción es comprar arias bolsas de plástico burbuja (vienen con la forma de la botella ya), o un trozo de ese material y cinta de embalar, para envolver muy bien cada una.
Para quienes no cuenten con estos elementos para transportar botellas de vino, podrán utilizar el viejo y conocido recurso de envolver las botellas en ropa: toallas, sacos, remeras, etc. Hay que tener cuidado de ponerlas en el centro de la valija. Otra buena opción es envolverlas en una prenda y colocarlas con el pico dentro de un zapato.
El Duty Free: una salvación
Si no estamos seguros de cómo podremos llevar botellas de vino en nuestro viaje internacional podemos apelar a la compra en el Duty Free. Estaremos seguros de que la bolsa sellada con el distintivo logo que nos preparan podrá ser llevada en cabina.
Claro que tendremos que resignar cantidad de opciones para elegir qué comprar (en general solo hallamos marcas de vinos comerciales y reconocidas, y muy pocas variedades de bodegas chicas) y el buen precio. Es seguro que, por más promociones que ofrezca el Duty Free, los vinos se consiguen con mejor precio comprados en tiendas y bodegas.
Pero no todo es tan sencillo… Si nuestro vuelo internacional tiene escala en otro país cerciorémonos de que las botellas podrán pasar como equipaje de mano hasta nuestro destino final.
Como muestra va una experiencia personal:
Compré aceites de oliva en el Duty Free de Atenas, me consultaron cuál era mi destino final y me sellaron la bolsa con una identificación que, en teoría, permitía que las llevara en cabina hasta finalizar el viaje totalmente. ¡Error! En Roma me obligaron a poner esas latas en mi valija para despacharlas, con lo cual llegaron abolladas.
Vale la pena intentar traer vinos de nuestros viajes, cuidando tener información y protección para transportarlas y que lleguen a su destino final: compartirlos con amigos cuando les contamos las aventuras de nuestras vacaciones.