Expresiones, sensaciones y percepciones más difundidas a la hora de describir un vino.
Si bien la frase “el vino me gusta o no me gusta” es tan certera como contundente, la descripción de un líquido báquico es mucho más amplia. Términos como “redondo”, “corpulento”, “ligero”, “maderoso”, “vigoroso”, “intenso” o “estructurado” dominan la escena.
Expresar las sensaciones que genera cada sorbo da prestancia, seguridad, conocimientos y hasta nos hace quedar muy bien con el prójimo. “¡Cómo sabe del tema!”, suelen exclamar los que escuchan al orador vinófilo, que detalla las características organolépticas de una determinada etiqueta.
A continuación, proponemos, de la A a la Z, sin repetir y sin soplar, un breve diccionario enológico con los términos más utilizados para que usted pueda lucirse en cualquier cita enogastronómica. Es importante entender qué significa cada palabra, pues la repregunta está siempre a la orden del día y deberá sustentar sus frases con precisión.
A
Abierto: Vino de tonalidad muy clara, de poco color en vista.
Abocado: Vino más bien dulzón o con tendencia a ser dulce. Puede ser por agregado de azúcar o por obra de la naturaleza, tras escoger uvas en su mayor grado de madurez.
Acerbo: Vino procedente de cepajes de baja calidad. Se muestra duro, áspero, ácido en paladar.
Ácido: Cuando el nivel de acidez es excesivo y se torna desagradable al paladar. Un vino puede tener acidez fija o volátil.
Acético: Vino vulgarmente “picado”, agrio, avinagrado. En definitiva, desagradable al momento de beberlo.
Alma: Carácter, personalidad. Cuando un vino tiene esta característica, emociona hasta las lágrimas.
Ajerezado: Se refiere al sabor que toman los vinos finos excesivamente estacionados o que evidencian algún defecto de elaboración o estacionamiento.
Apagado: Un producto sin fuerza, ni brillo ni sabores significativos o memorables.
Astringente: Característica de ciertas variedades, fundamentalmente en su jueventud (Ejemplo: Cabernet Sauvignon). Se siente en las encías. Sinónimo de aspereza.
Aterciopelado: Vino que acaricia el paladar suavemente, ácido y rico en glicerina.
B
Bouquet: Palabra de origen francés que designa un conjunto de sensaciones olfativas que da como resultado un vino con añejamiento en botella.
Breve: Cuando la sensación posterior a la degustación dura apenas unos segundos. Nos deja con “sabor a poco”.
Brillante: Se refiere a sus cualidades visuales. Se comprueba limpidez y transparencia.
C
Carnoso: Vino consistente, denso, espeso, que da la sensación de “masticarse”.
Complejo: Sobresale por sus infinitos sabores y aromas diferentes.
Completo: Equilibrado, con virtudes visuales, aromáticas y de paladar armoniosas.
Con aguja: Vino que se percibe ligeramente efervescente, propio de restos de anhídrido carbónico.
Corcho: Se produce cuando el corcho está enmohecido. Se dice que el vino tiene TCA (Tricloroanisol), hongo que afecta al corcho de alcornoque.
Corto: Vino de poco sabor y fugaz persistencia. Sinónimo de breve.
Cuerpo: Vino con fuerza vinosa y alcohol respetable. Generalmente, son exponentes con buen potencial de guarda.
D
Delgado: Muy ligero. Le falta cuerpo, carácter. Sin grandes cualidades.
Delicado: Vino fino, agradable y sutil.
Desequilibrado: Cuando sus componentes no logran armonía de sus caracteres organolépticos.
E/F
Equilibrado: Vino con color, aroma y sabor en buen balance. Es armonioso y agradable de principio a fin.
Estructurado: Cuando se conjugan los componentes esenciales del vino (acidez, grado de alcohol, taninos, fruta, azúcar).
Fácil: Vino suave, sin aristas. Muy tomable.
Franco: Sensaciones muy honestas; aromas definidos. Muestra tipicidad varietal
Fresco: Vinos jóvenes, que se beben fácilmente.
Frutado: Vinos que conservan el sabor de la uva fresca o tienen aroma de otras frutas.
G/L/M
Generoso: Vinos especiales como Marsala, Oporto, Madeira, Jerez y mayor tenor alcohólico.
Graso: Posee alto contenido de glicerina, lo que le da untuosidad.
Ligero: Vino de poco cuerpo y sabor. Fácil de beber.
Licoroso: Espeso, denso.
Maderizado: Se caracteriza por su marcado sabor a roble. El famoso vino con exceso de madera.
N/P
Nervioso: Vino que reúne cuerpo y sabor necesarios para conservar por buen tiempo el mismo grado de calidad. Un vino con nervio garantiza una excelente guarda.
Noble: Vinos con clase, estilo y elegancia.
Plano: Sin cuerpo, ni sabor.
R/S/T
Redondo: Vino muy agradable y equilibrado al paladar.
Robusto: Vinos vigorosos y sólidos. Su notable consistencia les da personalidad en vista, nariz y boca.
Suave: Vinos que agradan al paladar. Suelen ser fáciles de beber.
Turbio: De color poco transparente. Opaco. Puede presentar sedimentos.