Curiosidades del vino que no sabías
Ser vivo. El vino tiene una determinada CURVA DE VIDA o POTENCIAL DE GUARDA. Nunca veremos en la etiqueta de una botella la fecha exacta de vencimiento. Como cualquier ser viviente, con el tiempo se transforma. Lo interesante es saber cuál es su momento indicado para disfrutarlo.
Cuidado óptimo. El vino cambia, para mejor o peor, según cómo lo cuidemos. Debemos guardarlo en un lugar lejos de la luz, con buena humedad relativa, temperatura controlada a unos 14 grados y en posición horizontal. El almacenamiento que le demos, marcará su evolución.
Botella abierta… ¿botella muerta? Si bien lo ideal es abrir un vino y terminarlo en una comida, no siempre es posible. Si lo guardamos con un buen tapón, en un espacio bien acondicionado, nos dará sus virtudes entre dos y tres días más, posteriores a su apertura.
Vino blanco fresco, no congelado. A pesar de la creencia de muchos, el vino blanco no debe meterse en el freezer. Debemos servirlo refresco, entre unos 8 y 10 grados, pero no tiene que estar casi helado. Una vez abierto, mantenemos la temperatura en una frapera con hielo y agua.
Nuevos cierres. En los vinos blancos, rosados y tintos ligeros, los vinos blancos son cada vez más reemplazados por tapas a rosca, que mantienen a la perfección sus características organolépticas una vez que la botella fue abierta. Es un cierre práctico, económico y que pica en punta en todo el planeta.
Cifras impactantes. Se calcula que hay más de 10 mil variedades de uva plantadas en todas las regiones vínicas.
De buena madera. Aproximadamente, existen unas 400 especies de roble, aunque solo el francés y el americano son los más aptos para la crianza de los vinos.
Aditivos. El vino que se tomaba en la Edad Antigua no era para nada similar al que bebemos en la actualidad. El de aquellos tiempos lejanos era una mezcla de vino con mosto, agua y, a veces, se le agregaba miel.
Los dioses del vino. Si bien todos asociamos la vitivinicultura con Baco, no es la única divinidad relacionada con el tema. En realidad, este dios romano inmortalizado en la antigüedad es la adaptación que hizo el Imperio del dios griego del vino Dionisio.
Más allá de estos nombre, en el año 2700 a.C., en Sumeria, Antigua Mesopotamia, se rendía honores a la diosa vínica Gestin. Su nombre simbolizaba la “Madre Cepa”.
La más antigua de todas. La bodega más añeja del mundo está en Armenia. Data del año 4100 a.C., y ha sido uno de los mayores descubrimientos arqueológicos vinculados con la historia del vino.
Entre monasterios y catedrales. La Europa de la Edad Media estuvo signada por un sinfín de guerras, que ponía en jaque la elaboración del vino. Por ello, los monjes y religiosos eran los encargados de salvaguardar las vides y sus frutos. Esto no solo les permitía contar con un consumo propio, sino que, también, les permitía obtener un producto con el que las órdenes religiosas comercializaban como parte de su economía.
El primer vino de calidad. Se lo adjudican a Arnaud de Pontac, otrora Presidente del Parlamento de Burdeos y propietario de un viñedo. En 1660 aplicó técnicas que aún hoy tienen vigencia: selección de uvas, proceso de crianza en barricas, afín de convertir sus mostos en los mejores y más caros vinos del mercado.
La bodega más grande del mundo. Está en Moldavia y forma parte del Libro Guinness de los récords. Sus dimensiones son asombrosas: 250 kilómetros de túneles subterráneos, de los cuales solo se utilizan 50, en los que reposan dos millones de botellas de vino. Fundada en 1969, aprovecharon un antiguo trazado bajo tierra que había sido excavado en siglos anteriores.
El mar, una inmensa bodega. Es impresionante la cantidad de botellas de vino encontradas en las embarcaciones naufragadas. El dato peculiar es que una temperatura y presión constante, la inexistencia de luz y la salinidad han demostrado ser factores ideales para el reposo del vino. Esto, aunque parezca impensado, ha fomentado que existan bodegas submarinas en diferentes puntos de nuestra geografía.
El vino de mayor tradición de la Historia. Se trata del Commandaria, un exponente dulce chipriota, mencionado por el poeta griego Hesíodo en el 800 a.C., y fue servido en la boda de Ricardo Corazón de León. Los cruzados le dieron su nombre actual en el siglo XII y aún se sigue produciendo de manera muy parecida a como se hacía en la antigüedad con dos uvas autóctonas de Chipre.
Cómo llegó la filoxera a Europa. La más siniestra de las plagas de la vid alcanzó el Viejo Continente, y más concretamente el Midi francés, en 1860. Llegó por mar desde América del Norte, gracias a los barcos de vapor que permitían hacer el recorrido en un tiempo más corto, posibilitando así la supervivencia del parásito.