vinos, pescados y mariscos

¿Qué vino es mejor para acompañar pescados y mariscos?

Se vienen las Pascuas y los pescados y mariscos son actores principales de las mesas argentinas.

En días como estos, los paladares sibaritas van en busca de diferentes exquisiteces con tintes marinos en compañía de una buena copa de vino y pregunta que surge, una y otra vez, es si los pescados solo van con vinos blancos. Negativo. ¡Según la intensidad del plato, las opciones se multiplican!

A modo de regla general, los pescados grasos van en sintonía con blancos con fermentación o crinaza en barricas (Chardonnay, Viognier, Semillón, White Blends, son muy atinados) o tintos ligeros, con refrescante acidez (Pinot Noir, Merlot y Criolla son símbolos de este maridaje).

Asimismo, los pescados magros se entienden de memoria con blancos ligeros, frescos y frutados (Sauvignon Blanc, Torrontés, Riesling, Gewurztraminer, Chenin Blanc son imperdibles alternativas).

¿Qué pasa con el rosado? Es un auténtico comodín, un as bajo la manga, que armoniza ambas propuestas, según su grado de intensidad. Los rosés más enjundiosos maridarán mejor con pescados grasos, mientras que los más sutiles y ligeros, ensamblarán con los magros.

Maridajes destacados

En nuestro país, los paladares que prefieren pescados grasos como salmón, trucha o, porqué no, un dorado o pacú, encontrarán en una enjundiosa copa de vino blanco con buen volumen o paso por madera, la pareja ideal.

Pero, como en estas latitudes somos tinteros, podemos optar por los siempre versátiles Pinot Noir, Merlot y Malbec, ligeros, de carácter bien frutados. Ojo, hoy está muy de moda la cepa Criolla y es una gran recomendación que hacemos desde este blog.

Por el contrario, si en estas fechas, en las que aún hace calorcito y la remera de manga corta se niega a ir al placard, elegiremos pescados magros, como el lenguado o el mero, no dudemos en degustar un fresco exponente blanco o rosé.

Los frutos de mar, que tienen sus adeptos incondicionales, fundamentalmente en el Litoral y la Costa Bonaerense, bendecida por el Atlántico, también piden un refrescante y liviano exponente a base de Sauvignon Blanc o Torrontés, que es ideal para elaboraciones de mar sin demasiadas complejidades.

Si bien no tenemos costumbre de comer con espumosos, hagan la prueba de combinar pescados grasos con burbujas elaboradas bajo el Método Champenoise o Tradicional (segunda fermentación en botella) y pescados magros con los delicados productos trabajados con el Método Charmat (segunda fermentación en tanques). Vayan siempre, en cualquier caso, de las categorías Nature a Brut, consideras secas e ideales para maridar aperitivos o platos principales.

A continuación, les dejamos 10 maridajes infalibles entre tintos y pescados o frutos de mar:

  1. Pescados fritos con tinto con cuerpo medio o con paso por barricas.
  2. Lenguado y rodaballo con tintos jóvenes, frescos, frutados y aromáticos, con refrescante acidez.
  3. Salmón, emblema de los pescados grasos, junto al atún o el bacalao, se entenderán con tintos con carácter u personalidad.
  4. Merluza y otros pescados blancos livianos, en tándem con vinos tintos ligeros y rosados elaborados a base de variedades poco tánicas.
  5. Pescados ahumados, tendencia en el último decenio, se ensamblarán con rosados y tintos jóvenes sin paso por madera para contrarrestrar la nota de humo.
  6. Las ostras se entenderán de memoria con vinos rosados o, incluso, espumosos rosés (secos).
  7. Los crustáceos, en general, piden tintos jóvenes y de acidez envolvente.
  8. El pulpo y los moluscos con un buen tinto joven y poco tánico, con acidez media, es una gran experiencia sibarita.
  9. Pescados con salsas de queso o a la manteca, necesitarán un tinto con crianza o de nivel Reserva para acompañar esa cremosidad.
  10. Pescados elaborados con limón o naranja, por su parte, combinarán con rosados frescos y con acidez súper refrescante.

¡Les deseamos unas muy Felices Pascuas!

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