Estamos en la Semana de Mayo, que recuerda la gesta épica de aquellos valientes hombres revolucionarios que, con holgura y pasión, decidieron formar nuestro Primer Gobierno Patrio.
Si bien la fecha simbólica es el 25, desde hoy y hasta que el calendario marque ese día, se vive en todo el país un clima de júbilo y celebraciones, a modo de conmemoración de ese trascendental momento histórico.
Entre los festejos, restaurantes, bares, bodegones y fondas de todo el territorio nacional preparan especialmente menús patrios, con colores, texturas y sabores protagonistas en los albores del Siglo XIX, en sintonía con vinos indicados para lograr el maridaje perfecto.
Pero, antes de adentrarnos en las recomendaciones para vivenciar una auténtica mesa de mayo (también, la podemos armar en casa), compartimos un dato de color. Durante toda la mañana del frío 22 de mayo de 1810, los vecinos se autoconvocaron al Cabildo Abierto. Eran momentos de mucha tensión, en la que debían tomarse decisiones importantes.
La reunión duró hasta la medianoche y, por ende, tuvieron que pedir refrigerio para paliar el encuentro de tantas horas. Fue así que el fondero Andrés Verdial les ofreció 16 botellones de vino, bizcochos y chocolate caliente. Así, los patriotas, en apariencia, entonados con un vino, lograron tomar las complejas decisiones y el fondero, vitoreado por todos, cobró un importante monto de dinero.
Menú Patrio
El 25 de Mayo es una fecha muy sentida, que se celebra en familia, con el objetivo de revalorizar y rendir homenaje a la gastronomía tradicional de nuestro país. Entre nuestras recomendaciones a la carta, aquí van las infalibles combinaciones entre platos cargados de historia y vinos con carácter y personalidad.
Puchero
Plato emblema y simbólico de la cocina colonial. Símil cocido madrileño (hijo directo), es un plato opulento compuesto por cortes vacunos, chorizos, morcillas, legumbres y vegetales hervidos. Ideal para apaciguar las bajas temperaturas de estas latitudes y maridar con un enjundioso Malbec, envolvente y seductor, con crianza en barricas de roble.
Empanadas
Clásico de clásicos de estas tierras. Infalible e infaltable en nuestras mesas. Las hay salteñas, catamarqueñas, cordobesas, cuyanas y tucumanas. Son parte del ADN gastronómico local. En un restaurante o en casa, se disfrutan con un buen Torrontés, cepaje blanco emblemático, que simboliza, también, nuestra estirpe criolla.
Locro
Un must. Reivindicado en el último decenio. Es un contundente guiso autóctono del cordón andino. Asociado intrínsecamente al Norte Argentino, sobresale por sus diferentes variedades de maíz. Elaborado a base de porotos, zapallos y el mencionado maíz, este plato trasciende fronteras. Originario de la época prehispánica, va de maravillas con un delicado Bonarda, variedad que rinde, también, homenaje a nuestra tradicional viticultura.
Chocolate con churros.
¡Levante la mano quién no es fan de este elixir! Moda de finales del Siglo XIX y principios del XX, el amargor del cacao asociado con el crocante aceitoso del churro azucarado es una de las combinaciones más sublimes que brinda la gastronomía. Aquí, nos damos la licencia de salir del vino para cerrar de un modo dulce esta nota patria.
¡Feliz 25 de Mayo!
