Separados pero juntos: Celebramos el Mes de la Amistad


En el mes del amigo, proponemos alternativas para brindar con nuestros seres más queridos desde casa. Además, investigamos los orígenes de esta tradicional celebración.

Julio. El mes más esperado del año. El más sentido. El más emotivo. Momento de celebrar el “Mes del Amigo” junto a aquellas personas que más amamos. Tiempo de abrazos interminables, charlas anecdóticas y buenos brindis. La amistad es el bien más preciado y en Argentina, año tras año, se la conmemora con calidez y mucho sentimiento.

Sin embargo, el 2020 nos jugó una mala pasada a todos los amigos. El COVID-19 impuso el estricto aislamiento social, la distancia física y la prohibición de reuniones masivas, afín de resguardar la salud. Lamentablemente, hace unos cuántos meses (más de cuatro, por cierto) los afectos están separados.

De todos modos, el sentimiento está intacto. Aunque el día tradicional del festejo es el 20 de julio, del primero al 31 históricamente se multiplican las juntadas, entre picadas, asados y unos cuántos descorches de vino. El motivo, una vez más, hacer chin chin por la amistad.

El distanciamiento físico hizo que los celulares explotaran entre saludos emotivos, fotos llenas de recuerdos y un sinfín de mensajes de cariño, que nos hacen piantar un lagrimón. Más que nunca, la copa está bien alta para reivindicar el amor inconmensurable por los amigos. Ante la falta de encuentros, las opciones de envíos enogastronómicos han proliferado. Así, este particular mes de julio se ha convertido en el mes con más envíos sibaritas.

De cajas especiales con embutidos a cortes de carne o selección de productos envasados al vacío, las alternativas se multiplicaron con creces, afín de agasajar a nuestros mejores amigos. Por supuesto, siempre acompañado por una excelsa botella de vino para brindar, a la distancia, pero en vivo, a través de las aplicaciones virtuales que nos han acercado, aunque sea desde lejos, un poco más.

Razones de la celebración

El parate social nos ha llevado a incrementar la lectura y reflexionar sobre temas que, en la vorágine de la cotidianidad no nos detenemos a pensar. Uno de los temas que está en boca de todos, justamente, es el origen del Día del Amigo. Hoy, este freno físico nos hace pensar en los porqués de la celebración más efusiva de todas.

La idea fue, como no podía ser de otro modo, de un argentino. Del alfajor a las huellas dactilares, la lapicera y el dulce de leche, no cabe duda que somos innovadores por naturaleza. Hace unas tres décadas, Enrique Febbraro, de ADN 100% porteño, fue el responsable de esta gran jornada, que se extiende, desde entonces, a todo el mes. “La amistad es la virtud más sobresaliente porque es desinteresada”, expresó y dio el puntapié inicial. Gracias a él, agasajamos a nuestros amigos anualmente y de manera ininterrumpida.

Odontólogo, músico, escritor, profesor y hasta psicólogo, entre otras actividades, Febbraro llegó a ser, en dos oportunidades, candidato al Premio Nobel de la Paz. Padre de dos hijos, tuvo cuatro nietos y enviudó en dos ocasiones.

¿Cuándo y cómo tuvo la idea de inventar el Día del Amigo? El 20 de julio de 1969. En aquella histórica jornada, el hombre llegó por primera vez a la Luna y, como muchos millones de personas en todo el planeta, no se despegó un segundo de la pantalla de los añejos televisores que, en blanco y negro, brindaban las primeras imágenes del Apolo XI y el andar de los astronautas en el blanco y brillante satélite que vemos desde la Tierra.

Viendo esas imágenes, Febbraro impulsó el Día del Amigo, según los principios inapelables que proponían la amistad como “la máxima virtud por el desinterés que llevaba incluido”. Entonces, rápidamente, envió un millar de cartas a destinatarios de todas las latitudes, donde explicaba que había vivido el alunizaje como un gran gesto de amistad de la humanidad hacia el universo, y que estaba totalmente convencido que un pueblo de amigos se transformaría en una nación imbatible.

Febbraro sostenía que toda la Tierra estuvo pendiente de los tres astronautas. “Fuimos sus amigos y ellos, amigos del universo”, sentenció. Lo peculiar fue que unas 700 personas respondieron a su innovadora iniciativa. Su anhelo del Día del Amigo había comenzado.

Con los reflejos agudizados, en el año 1972 patentó su idea en el registro de la propiedad intelectual, que donaría al Rotary Club, del que era miembro. En Lomas de Zamora, municipio en el que vivió momentos inolvidables, fue declarado “Vecino Ilustre”. Gracias a su figura, el partido, además, fue declarado formalmente “Capital Provincial de la Amistad”.

Años más tarde, en 1979, el Decreto 235 del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires estableció: “Auspíciase la celebración del Día Internacional del Amigo a realizarse el día 20 de julio de cada año”.

En el Rotary Club aún sobresale la frase “Un amigo no da consejos, ayuda, acompaña”. Febbraro fue recordado, asimismo, por su definición de amistad: “Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo. El me enseña, yo le enseño. Ambos aprendemos y juntos vamos recorriendo el camino de la vida, creciendo. Sólo el que te ama te ayuda a crecer”.

Febbraro falleció el 4 de noviembre de 2008. Además de haber ser despedido con loas en su ciudad natal como “un vecino ilustre”, todo un país lo recuerda año tras año en esta fecha como un “gran amigo”.

Menor contacto, mayor virtualidad

La cuarentena nos obliga a reinventar el Día del Amigo 2020 y debemos buscar en la tecnología una gran aliada para brindar a la distancia con aquellos que más queremos. Es necesario apelar a la originalidad para mantener viva la llama de las inolvidables juntadas que tradicionalmente se organizan para esta fecha.

Las bodegas siguen lanzando vinos nuevos al mercado y generando un sinfín de acciones adaptadas a la cuarentena. Además de las clásicas ofertas de las vinotecas y los supermercados para sorprender a tus amigos, proliferaron otras ideas muy interesantes.

Entre ellas, las bodegas proponen enviar el mismo vino que se compre online a un amigo, afín que ambos puedan tenerlo para descorchar en el mes del amigo. Asimismo, diferentes emprendimientos vínicos invitan a reservar el mejor lugar de la casa para vivir un Día del Amigo muy especial. Algunas hasta proponen música en vivo, con DJs y playlists especiales en Spotify.

El objetivo es que las personas encuentren beneficios en sus compras y regalos para disfrutar, este año, de una experiencia diferente, con amigos y desde casa.

Asimismo, los amigos pueden adquirir en los principales restaurantes la Friendship Box, una caja con divertidas propuestas de entretenimiento para vivenciar a la distancia con todos los condimentos sibaritas: excelsa gastronomía y burbujas, accesos a las playlists que los DJs diseñaron en exclusiva, recetas de cocktails y más sorpresas para disfrutar.

Un sinfín de brindis

En este particular Mes del Amigo, sin duda, explotan las redes sociales y los encuentros virtuales. Entre las opciones más salientes y recomendada es realizar una degustación de vinos a ciegas, de manera virtual. Se fija un horario de encuentro y cada uno debe estar allí con un vino y una copa. Luego del brindis entre todos y, sin mostrar la botella, cada cual a su turno tiene que catarlo y describirlo con sus palabras y con la intención de que los demás adivinen de qué etiqueta se trata.

Si a través de las notas de cata no hay pistas certeras, se deberá ir de lo general a lo particular: región, variedad de uva, cosecha y rangos de precios, entre otros datos. Así, de manera lúdica y dinámica, se va develando el misterio vino por vino, amigo por amigo.

Cada uno de los amigos puede destacar el vino que tenga en casa o consiga en el comercio de cercaría. Asimismo, se pueden estipular determinadas pautas como rangos de precios, cepaje, origen o tipo de vino. Además, pueden decidirse solo por vinos recién presentados en el mercado. El ganador será el que no necesite dar pistas para develar su etiqueta elegida, a partir de su gran descripción del producto.

Otra alternativa interesante es proponer un gran descorche, en honor a los amigos, de alguna botella especial que tengan guardada e intercambiar opiniones y anécdotas. Una opción ideal, si hay buenos cocineros en el grupo, es agregar un plato de su autoría para sumar propuestas de maridaje.

Otro consejo es brindar con amigos desde casa, respetando ciertas pautas. Por ejemplo, que cada uno envíe un vino sorpresa a otra y que en la juntada virtual expliquen las razones de la elección de ese vino.

Las opciones son infinitas. Solo hay poner buena onda y entusiasmo para celebrar el Día del Amigo en casa y compartir una buena copa de vino, con las mejores amistades.

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