“Revalorizamos una importante región vitivinícola”

Esfuerzo, pasión, innovación y dedicación, han sido los pilares fundamentales de Verónica Irazoqui, CEO de BordeRío, que junto a un gran equipo enológico, pusieron nuevamente a la provincia de Entre Ríos en el mapa del vino nacional.

La pequeña y calma ciudad de Victoria, en Entre Ríos, se caracteriza por sus onduladas cuchillas, su naturaleza imponente, su cuidada fauna autóctona y las inolvidables tardes de pesca de los lugareños, que atesoran un sinfín de anécdotas.

Cable a tierra de los rosarinos, que cruzan el puente sobre el río Paraná en busca de una necesaria bocanada de aire, esta pintoresca ciudad, además, ofrece una propuesta vínica de alta gama, ideada para cautivar los exigentes paladares sibaritas que desembarcan en estas latitudes.

Allí, mimetizada a la perfección con el paisaje típico del litoral argentino, sobresale BordeRío, uno de los mayores y excelsos emprendimientos vitivinícolas entrerrianos, que recupera la tradición del cultivo de la vid, injustamente desarraigada en la Década Infame de 1930.

La bodega, pensada para elaborar vinos de calidad, apuesta también a pleno al turismo. Con un concepto innovador y revolucionario en la región, invita a toda la comunidad a vivir “Buenos Momentos” en familia, “para grandes y chicos”, con “gastronomía típica”.

A fin de adentrarnos en los detalles del exitoso emprendimiento, entrevistamos a Verónica Irazoqui, CEO de BordeRío y mentora de un proyecto que reivindica un terroir con mucha historia y un enorme potencial que invita a soñar con los ojos abiertos.

¿Qué significa ser la CEO de un emprendimiento vitivinícola?

Ser CEO de un proyecto de la envergadura de BordeRío es un desafío constante, pero también una experiencia apasionante. Desde los inicios, nos hemos propuesto revalorizar una región que supo estar entre las más importantes del país a comienzos de siglo XX y fue una destacada fuente de trabajo para muchas familias de la zona. Queremos demostrar que, desde Argentina y como argentinos, se pueden lograr cosas de calidad mundial, y ser el motor de un crecimiento de generación de valor agregado. He aquí motivos más que suficientes para estar en constante movimiento y aprendizaje.

Por otra parte, como toda empresa, BordeRío tiene desafíos propios y comunes. Tratándose de una bodega que está completamente alejada del polo vitivinícola del país, nuestros desafíos son, quizás, más complejos, ya que hay cuestiones logísticas y productivas que la bodega ha tenido y tiene que desarrollar de manera independiente: desde contar con toda la maquinaria necesaria para realizar el proceso productivo completo en el lugar, hasta capacitar a nuestro staff en tareas completamente diferentes a las habituales en la zona.

¿Cuáles son los principales objetivos que persigue la bodega?

El proyecto fue concebido desde un inicio sobre dos premisas bien claras, en las cuales nos apoyamos diariamente para toda decisión que sea necesario tomar. Por un lado, la producción de vinos de excelencia. Contamos con tecnología de última generación para la elaboración de nuestros vinos, pensando en el proceso productivo como un todo, que debe ser desarrollado bajo los mejores estándares de calidad.

Nuestra segunda premisa es ofrecer una propuesta turística de primer nivel para nuestros visitantes. Desde el primer momento, la bodega fue ideada para recibir al público. El objetivo es que los amantes del vino disfruten nuestro emprendimiento a pleno, viendo en funcionamiento una industria que es única en la zona y, asimismo, generándoles propuestas sensoriales exclusivas para compartir entre amigos y en familia. Todo esto, en su conjunto, hace que BordeRío sea el lugar perfecto para vivir Buenos Momentos.

¿Cómo lograron posicionar una bodega de Entre Ríos en el mercado?

Se dio, y se está dando, prácticamente de manera natural. En la región somos la única y primera bodega en abrir sus puertas a los visitantes para que conozcan sobre el proceso productivo del vino, lleno de fascinaciones y romanticismo. El “boca en boca” es nuestro primer aliado a la hora de posicionarnos en el mercado.

La bodega reivindica una zona vitivinícola que fue castigada en los años ’30. ¿Cómo realizaron esta revalorización?

Para llegar a esta instancia y, orgullosamente, revalorizar la región, ofrecimos, desde el primer momento, trabajo en la zona y calificamos al personal con un nuevo oficio. Por supuesto, tuvimos que avalar la historia. Los primeros pasos fueron la realización de un trabajo técnico profundo, que se basó en traer varios equipos de profesionales para que lleven a cabo los estudios de suelo y clima, necesarios para determinar la factibilidad del lugar. Luego involucramos ingenieros agrónomos y enólogos con gran experiencia, sobre todo, en viñas plantadas en zonas con las mayores similitudes de terruño con respecto a BordeRío.

Es importante tener en cuenta que la provincia de Entre Ríos, en la década de 1930, contaba con 5000 hectáreas de viñedos plantadas y era reconocida mundialmente como la ¨Pequeña Burdeos¨, pues sus características climáticas y geológicas son muy similares a esta región de Francia. Por ello, todos nuestros equipos fueron formados bajo esa premisa de búsqueda de expertise.

¿Qué estilo tienen los vinos BordeRío?

Nuestra finca cuenta 18 hectáreas de vides. Allí plantamos las variedades Syrah, Malbec, Chardonnay, Merlot y Cabernet Franc. Las brisas constantes, la pluviometría natural y el trabajo en equipo se manifiestan en vinos con estilo propio que dejan, en quienes los degustan, la satisfactoria sensación de haber descubierto algo sorprendente en una región que promete mucho para el desarrollo de vinos de alta gama.

Contamos con distintos estilos de vinos, pero la característica que predomina en todos es la frescura típica de zonas similares a nuestra región y que es única en nuestro país.

¿Cuál fue el último lanzamiento de la bodega?

Nuestro último lanzamiento fue Mimosa BordeRío. Se trata del primer vino rosado de la bodega. Es una etiqueta muy seductora, de sutil color durazno y aromas que nos traen recuerdos a frutos rojos. Es un producto muy fresco y donde predominan las flores blancas en el paladar.

En referencia al turismo enogastronómico, ¿cómo lo potencian? ¿Qué actividades realizan?

Los que llegan a nuestra bodega pueden disfrutar mucho más que una buena copa de vino. Por ejemplo, se llevan a cabo espectáculos musicales de primer nivel, eventos puntuales como el Día del Malbec y la Fiesta de la Vendimia, entre muchos otros. Se puede apreciar el lugar con almuerzos y Días de campo. A su vez, las empresas nos eligen para desarrollar workshops y despedidas de año. Además, organizamos eventos privados, como bodas y cumpleaños.

Al haber sido creada desde un inicio como una bodega para ser visitada, es que se pensó en recorridos amenos y que no interfieran con la producción y labores diarias. Los niños quedan fascinados con este mundo que muchos desconocen. De hecho, las escuelas de la zona vienen año a año con sus estudiantes para descubrirlo.

Por otra parte, prácticamente todos nuestros eventos son pensados para el disfrute de la familia completa. Organizamos, con mucho amor, propuestas que diviertan a los más pequeños mientras los papás disfrutan de buena música, exquisita gastronomía y su copa de vino de BordeRío.

Desde este punto de vista turístico, ¿qué importancia tienen la cercanía de Rosario y Buenos Aires?

Nuestra bodega se encuentra a solo 60 minutos de Rosario y a 2 horas de Buenos Aires. De igual manera, hay muchas otras ciudades cercanas que nos acompañan en las propuestas que planteamos. En general, Entre Ríos es muy visitada por extranjeros que llegan a nuestra provincia en busca de naturaleza, fascinados por el avistaje de aves. Todos ellos hacen “un alto” en nuestra bodega para degustar nuestros vinos.

¿Qué valor tienen las cenas de pasos en la cava? ¿Cuál es el objetivo?

La finca es un lugar pensado para compartir buenos momentos con amigos y familia. En este fantástico contexto, no podía faltar una propuesta gastronómica de excelencia. Buscamos nuevos gustos, viajes sibaritas por distintas regiones y, sobre todo, un sentimiento perdurable en la memoria de los comensales. Por ello, organizamos en nuestra cava subterránea exclusivas cenas de pasos maridadas con los vinos BordeRío, pensando así un paseo enológico que llega a todos los sentidos.

Otra propuesta muy interesante es el recorrido por la bodega, ¿cómo son estas experiencias?

Desde la ruta ya se puede comenzar a disfrutar del río de fondo y las cuchillas entrerrianas, que le dan a la zona un estilo muy similar a La Toscana. Como nuestras raíces son italianas, quisimos imprimirle un toque arquitectónico a la bodega, basándonos en esta región, utilizando piedra y materiales del lugar.

A nuestros visitantes les proponemos conocer nuestro museo y les hacemos descubrir la historia de los viñedos en Entre Ríos. Asimismo, aprenden los secretos de la elaboración del vino con explicaciones técnicas y realizan un recorrido a través del sector productivo. Queremos sumergirlos en la arquitectura de nuestra increíble cava subterránea para degustar nuestros vinos. Diseñamos además una visita XL con propuestas gastronómicas de alta gama.

Si tuvieras que definir en pocas palabras a BordeRío, ¿cómo lo harías?

BordeRío es principalmente un lugar de encuentro, con una historia fascinante y enriquecedora, con productos de calidad y con experiencias pensadas para que disfruten chicos y grandes. Nosotros buscamos que cada persona que llegue a la bodega, se relaje y disfrute buenos momentos en familia, con amigos, con sus seres queridos. Les proponemos vivir una experiencia multisensorial, que va más allá del vino. Abrimos las puertas de nuestra bodega y acompañamos a todos los visitantes en un paseo que sorprende y que los invita a regresar.

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