¿Vino y comida rápida? Tips para crear los mejores maridajes

Infaltables en cualquier cumpleaños. Prácticas y versátiles en cualquier encuentro social. Imprescindibles cuando no tenemos ganas de cocinar en casa y pedimos delivery. ¿A qué nos referimos? A las clásicas y siempre bien ponderadas hamburguesas y pizzas. Pasión de multitudes (grandes y chicos), son verdadero clásicos que nunca (créame) pasarán de moda.

Son, sin duda, comodines que ofician de actores principales y que con su mera presencia captan la atención de los paladares, ávidos por una rica porción de “muzza” o una suculenta carne de res mimetizada a la perfección con dos esponjosas rodajas de pan.

Sin embargo, a pesar de las loas mencionadas, cuando pensamos en los maridajes, imaginamos un vaso de plástico con gaseosa, mucho hielo y un sorbete en su interior. He aquí un gran problema a resolver.

Te proponemos dejar de lado esas burbujas de las colas y gasificadas afines, para cambiarlas por una elegante copa de vino. Sí, aunque le resulte extraño, pizzas y hamburguesas versión Siglo XXI, denominadas Gourmet, pueden ir de maravillas con los líquidos báquicos.

Si bien en las grandes cadenas no hay, en general, ofertas de vino, algunas hamburgueserías y pizzerías que complejizaron su oferta ya empezaron a proponer opciones de vino para acompañar las propuestas. Este es un ejercicio que también podemos empezar a poner en práctica (siempre con moderación) en casa.

Lo interesante es que nos animemos a romper lo ya establecido y heredado de generación en generación y nos pongamos el traje de sommelier moderno, sin prejuicios ni miramientos. A fin de cuenta, la combinación enogastronómica está para ser experimentada y realizar ensambles innovadores y originales.

Vino y hamburguesa: ¿Qué elijo?

Empecemos por el principio. Las hamburguesas clásicas, tradicionales, solas o con alguna lonja de queso, se van a entender muy bien con tintos jóvenes, fáciles de beber. En este caso, necesitamos un exponente fresco, frutado, sin demasiado cuerpo ni robustez. Si pensáramos en una etiqueta con buen paso por barrica o un prolongado proceso de estiba, taparíamos las características de la hamburguesa.

Un Malbec, Merlot o Pinot Noir, con taninos suaves, sedosos y frescura envolvente, son elecciones ideales. Podemos inclinarnos, también, por un Cabernet Sauvignon joven, sin marcada astringencia, pues podría ser invasivo para el paladar.

Por supuesto, si elegimos una alternativa a base de una carne muy grasa y condimentos contundentes, el vino deberá estar a la altura y, en ese caso, sí optaremos uno con mayor presencia y estructura. Un Syrah con especias sutiles o un Cabernet Franc con sus típicas notas mentoladas, serán un deleite.

Si el acompañamiento de la hamburguesa fuese, en cambio, el tradicional queso, tomate y lechuga (todos alguna vez hemos recurrido a este mix entrañable), optaremos por un rosado fresco, frutado, moderno, ágil y fácil de beber.

Otro interesante acuerdo, más osado, pero igualmente válido, es el tándem hamburguesa/espumoso. La grasitud de la carne puede ser perfectamente “barrida” con un delicado y refinado burbujeante. Recomendamos un Brut, rosé con acidez y dulzor muy bien balanceados.

Vino y pizza: Maridajes infalibles

En relación a los maridajes con las pizzas, es importante tener en cuenta los ingredientes. Ello es fundamental para no fallar en el intento. Hoy, las alternativas son infinitas, consolidando el concepto gourmet para satisfacer sibaritas exigentes.

Las pizzas de Brie o Camembert, se entenderán de memoria con un ligero Pinot Noir, mientras que la de langostinos o frutos de mar preferirán un Chardonnay moderno y con leve paso por barricas. Por su parte, la pizza “ultra de moda” de jamón crudo y rúcula irá de la mano con algún ágil rosado de Malbec o Merlot.

Las ya consolidadas pizzas de cuatro quesos o provolones necesitará la compañía de un enjundioso Cabernet Sauvignon o Syrah. Las fugazzeta, difícil de maridar, irá mejor con un Sauvignon Blanc ligero, mientras que las más picantes se entenderán con ejemplares a base de Torrontés.

¿Querés más consejos? Tomá nota:

  • Un vino rosado fresco es fantástico para aquellas pizzas que contengan una gran presencia de albahaca o rúcula.
  • Si quisiéramos descorchar vino tinto joven, nuestro consejo es disfrutarlo con pizzas que tengan morrones asados, panceta ahumada o jamón natural.
  • Los vinos con muy buen cuerpo son ideales para acompañar pizzas con sabores de quesos muy intensos o de estacionamiento prologando.
  • Entre los cepajes que hoy cautivan los paladares locales, sin duda, está el Pinot Noir. Estamos en la “Era Pinotera”. Nuestra recomendación es animarse a realizar un maridaje con pizzas a base un mix de hongos; otra de jamón glaseado, ananá y menta fresca; y una muy innovadora con salmón ahumado y ciboulette.

En definitiva, la diversidad de hamburguesas y pizzas nos llevan a ir más allá de las gaseosas o, incluso, las cervezas. Queda demostrado que el vino puede ser un partener perfecto, en sintonía con las elaboraciones tradicionales o con una vuelta de tuerca.

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